Santoral del 4 de Diciembre


INDICE

Juan Damasceno, SantoDoctor de la Iglesia
Bárbara, Santa Virgen y mártir
Cirano (Sigiramnio), Santo Abad
San OSMUNDO DE SALISBURY
San BERNARDO DE LOS UBERTOS
Beato FRANCISCO GÁLVEZ y compañeros
Ada (Adrehildis) de Le Mans, Santa
Adolfo Kolping, Beato Presbítero y Fundador
Juan Calabria, Santo Presbítero Fundador
Pedro de Siena (el Pectinario), Beato Penitente Franciscano
San ANNÓN DE COLONIA
VIDEOS

SAN PEDRO CRISÓLOGO, Obispo y Doctor de la Iglesia
n. 406 en Imola, Italia;
† 2 de diciembre del año 450 en Imola, Italia
Nosotros somos coadjutores de Dios;
vosotros sois el campo que Dios cultiva; el edificio de Dios
(1 Corintios 3, 9)

San Pedro, apodado Crisólogo (de palabra de oro), nacido en Imola y arzobispo de Ravena, en aquel entonces residencia imperial, cultivó con valor infatigable la porción de la herencia del Señor que el soberano pontífice Sixto III, por orden del Apóstol San Pedro, que se le apareció, había confiado a su celo. Trató de extirpar en ella los vicios, los abusos y los restos de idolatría, y de hacer florecer la fe y las virtudes cristianas. Predicó con tanto ardor que muchas veces llegó hasta perder la voz. Él fue quien, hablando contra los desórdenes de las fiestas populares, pronunció esta frase que se ha hecho célebre:El que se divierte con Satanás no podrá gozarse con Cristo. Murió hacia el año 450.

MEDITACIÓN EL CRISTIANO SE PARECE A UN CAMPO, A UNA VIÑA, A UN EDIFICIO

I. Somos un campo que Jesucristo ha cultivado, que ha regado con sus sudores, con sus lágrimas y con su sangre, y que el Espíritu Santo, con sus inspiraciones y el rocío celestial de la gracia, trata de hacerlo fértil. ¿Cómo respondemos nosotros a tantos cuidados? ¿qué frutos producimos? Dios espera que demos las rosas de la caridad y el lirio de la pureza; ¡y nuestra alma, como una tierra ingrata, sólo produce espinas para coronar a Jesucristo!

II. Nuestro Salvador compara a los justos con una viña. Almas justas, vosotras sois la viña del Señor; si se os hace llorar y gemir, señal es de que Jesucristo os destina a dar buenos frutos. En cuanto a vosotros, perversos, árboles infructuosos, crecéis a vuestro antojo y sin sufrir nunca; mas, tiempo llegará en que seréis cortados y arrojados al fuego; la funesta prosperidad en la cual vivís, es el triste presagio de los males que os asaltarán al salir de esta vida. ¿Cuál es, entre los sabios, aquél a quien no cambia la prosperidad? ¿Cuál, cuyos vicios no se agrandan con la prosperidad? (Salviano).

III. Cada uno de nosotros debe construir un edificio espiritual con sus buenas acciones. La base de este edificio es la fe; la esperanza, su sostén, y la caridad, el coronamiento: porque la caridad es el coronamiento de toda virtud. ¡Ah! ¡levantamos soberbios palacios en el mundo, como si para siempre debiéramos permanecer en él, y descuidamos nuestro edificio espiritual! ¡No estamos seguros del mañana, y edificamos como si debiésemos vivir eternamente! (San Jerónimo).

La vigilancia.
Orad por los predicadores.

ORACIÓN
Oh Dios, que habéis designado milagrosamente al ilustre pontífice Pedro Crisólogo para gobernar e instruir a vuestra Iglesia, haced, os lo rogamos, que después de haberlo tenido aquí en la tierra como doctor y guía, merezcamos tenerlo como intercesor en el cielo. Por J. C. N. S.

Martirologio Romano (1956)
4 de diciembre



Pedro de Siena (el Pectinario), Beato

Penitente Franciscano

Martirologio Romano: En Siena, de la Toscana, beato Pedro Pectinario, religioso de la Tercera Orden de San Francisco, insigne por su peculiar caridad hacia los pobres y los enfermos, y por su humildad y silencio (1289).

Pedro “Pettinaio” nació en Campi, región del Chianti, provincia de Siena. De temperamento jocoso e impulsivo en su juventud, se enmendó después de su conversión. Era fabricante y comerciante de peines, lo que confirma el epíteto de “pettinaio” que siempre acompaña su nombre. Comenzó a santificarse en el ejercicio de su profesión. Compraba y vendía siempre al precio justo; la calidad de sus productos era tan apreciada por los sieneses que él iba al mercado solamente después de las vísperas, para no condenar a la ruina a sus competidores. Casó, pero no tuvo hijos, y al comprobar la esterilidad de su mujer, hizo con ella el voto de castidad perfecta, pero se mostró excelente esposo, procurando hacerla sentirse a gusto hasta en las cosas más pequeñas.

Frecuentaba asiduamente las predicaciones y los oficios religiosos demostrando gran caridad para con los pobres. Visitaba continuamente el hospital de Santa María della Scala, curando a los enfermos, aplicando remedios y besando sus llagas. Vendió primero la viña de su propiedad y luego la casa, conservando solamente lo que le permitía vivir modestamente y fue a instalarse en una casucha cerca de la Puerta dell’Ovile. Se inscribió en la Tercera Orden de San Francisco y, después de haber renunciado a todo, se esforzó por vivir el espíritu de la altísima pobreza.

Su incesante celo por las obras de misericordia lo hizo adquirir pronto fama de gran santidad entre sus conciudadanos. En 1282 fue encargado de escoger entre los detenidos de las prisiones a cinco hombres entre los menos culpables, que debían ser liberados. En 1286 el común le confió el cuidado de distribuir dinero a los pobres azotados por la carestía.

Era inclinado a la contemplación y gozó de arrobamientos y éxtasis, a veces en presencia de compañeros. Hacia el final de su vida parecía vivir siempre más retirado del mundo. Después de una grave enfermedad, obtuvo el permiso para vivir en una celda del convento de los franciscanos, donde pasaba las noches en oración. Mostraba una devoción ardiente hacia la Virgen, ayunando en su honor el sábado y encomendándose a ella noche y día. También fue peregrino, fue a Roma, a Pistoia y a Asís y a la Verna. Su espiritualidad lleva la impronta franciscana. Después de 14 años de esfuerzos adquirió el don de no hablar sino por necesidad. Por esto a menudo es representado en la iconografía con un dedo sobre los labios, y es llamado el “Santo del silencio”. Los Franciscanos le encomendaron los novicios, a los cuales supo dirigir por el camino de la perfección.

Murió el 4 de diciembre de 1289 (según algunos, ¡de 128 años de edad!) y sus últimas palabras fueron una advertencia a Siena, Florencia y Pistoia, a las cuales predijo grandes males.
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Juan Calabria (1873-1954)

presbítero, Fundador de las Congregaciones de los Pobres Siervos
y de las Pobres Siervas de la Divina Providencia

JUAN CALABRIA nació en Verona el 8 de octubre de 1873, séptimo y último hijo de Luis, zapatero, y de Angela Foschio, empleada al servicio doméstico, mujer de grande fe, educada por el Siervo de Dios Padre Nicolás Mazza en su escuela de niñas pobres.

Desde el nacimiento, para el niño Juan, la pobreza fue su maestra de vida. Cuando murió su papá, tuvo que interrumpir el cuarto año de escuela primaria para buscar un trabajo como ayudante.

Descubriendo las virtudes del joven, el rector de San Lorenzo, Padre Pedro Scapini, lo preparó en privado para los exámenes de ingreso al seminario. Una vez superados, fue admitido y frecuentó el liceo como alumno externo. Al tercer año tuvo que interrumpirlo para hacer el servicio militar.

La caridad fue la característica de toda su vida

Ya joven se distinguió sobre todo por su gran caridad. De hecho, se puso al servicio de todos haciendo los trabajos más humillantes y peligrosos. Se ganó la admiración de sus compañeros y superiores, llevando a muchos de ellos a la conversión y a la práctica de la fe.

Cuando terminó el servicio militar, retomó los estudios. Una fría noche de noviembre de 1897, cuando hacía su primer año de teología, volviendo de visitar a los enfermos en el hospital, encontró un niño acurrucado delante de su puerta; era fugitivo de los gitanos. Lo recogió y lo llevó en casa. Estuvo con él y al final lo acomodó en su pequeño dormitorio. Fue el principio de sus obras a favor de los huérfanos y abandonados.

Algunos meses más tarde, fundó la "Pía Unión para la asistencia de los enfermos pobres", reuniendo en torno a sí un buen grupo de seminaristas y de laicos.

Eran éstos los inicios de una vida totalmente caracterizada por la caridad. "Cada instante de su vida fue la personificación del maravilloso cántico de San Pablo sobre la caridad", escribe en una carta postulatoria a Pablo VI una doctora hebrea salvada por el Padre Calabria de la persecución nazi y fascista, escondiéndola vestida de hermana, entre las religiosas de su Instituto.

Sacerdote y Fundador de dos Congregaciones

Ordenado sacerdote el 11 de agosto de 1901, fue nombrado ayudante vicario en la parroquia de San Esteban y confesor en el seminario. Se dedicó con un particular celo a la confesión y al ejercicio de la caridad privilegiando sobre todo a los más pobres y marginados.

En el 1907, nombrado Vicario de la Rectoría de S. Benito del Monte, comenzó también a recibir y cuidar espiritualmente a los soldados. El 26 de noviembre de aquel año, en "Vicolo Case Rotte", dio inicio oficial al Instituto "Casa Buoni Fanciulli", que el año siguiente encontró la estabilidad definitiva en la calle San Zeno in Monte, en la actual Casa Madre.

Junto a los jóvenes el Señor le mandó laicos deseosos de compartir con él la propia donación al Señor. Con este puñado de hombres donados totalmente al Señor en el servicio a los pobres, con una vida radicalmente evangélica, hizo vivir a la Iglesia de Verona el clima de la Iglesia Apostólica. Y aquel primer núcleo de hombres fue la base de la "Congregación de los Pobres Siervos de la Divina Providencia" que será aprobada por el Obispo el 11 de febrero de 1932 y obtendrá la Aprobación Pontificia el 25 de abril de 1949.

Inmediatamente después de la aprobación diocesana, la Congregación se extendió en varias partes de Italia, siempre al servicio de los pobres, de los abandonados y marginados. Prolongó su acción a los ancianos y a los enfermos dando vida para ellos a la "Cittadella della caritá ". El corazón apostólico del Padre Calabria pensó además en los Parias de la India, mandando en el 1934 cuatro Hermanos a Vijayavada.

En el 1910 fundó también la rama femenina, las "Hermanas", que fue aprobada como Congregación de derecho diocesano el 25 de marzo de 1952 con el nombre de " Pobres Siervas de la Divina Providencia " y el 25 de diciembre de 1981 obtuvieron la Aprobación Pontificia.

Profeta de la paternidad de Dios y de la búsqueda de su reino

A las dos Congregaciones, el Padre Calabria, confió la misma misión que el Señor le había inspirado cuando joven sacerdote: "Mostrar al mundo que la Divina Providencia existe, que Dios no es extranjero, sino Padre, y piensa en nosotros, siempre que nosotros pensemos en Él y le correspondamos buscando en primer lugar el Santo Reino de Dios y su justicia" (cf. Mt 6, 25-34).
Y para testimoniar todo esto, acogió gratuitamente en sus casas, jóvenes, material y moralmente necesitados. Hizo hospitales y casas de acogida para asistir en el cuerpo y en el espíritu a enfermos y ancianos. Abrió casas de formación para jóvenes y adultos pobres, a fin de ayudarlos a alcanzar la propia vocación sacerdotal o religiosa. Los asistió gratuitamente hasta la teología o a la definitiva decisión por la vida religiosa. Después los dejaba libres para elegir aquella diócesis o congregación que el Señor les hubiera inspirado. Estableció que sus religiosos ejercieran el apostolado en las zonas más pobres, "donde nada hay, humanamente, para recibir".

"Resplandeció como un faro luminoso en la Iglesia de Dios"

Son exactamente éstas las palabras que el Card. Schuster hizo esculpir sobre su tumba.
De hecho al comenzar desde el 1939-40 hasta la muerte, en contraste con su innato deseo de anonimato, alargó sus horizontes hasta alcanzar las fronteras de la Iglesia, "gritando" a todos que el mundo se puede salvar sólo si se retorna a Cristo y a su Evangelio.

Fue así que se convirtió en una voz profética, un punto de referencia. Obispos, sacerdotes, religiosos y laicos vieron en él un guía seguro para ellos mismos y para sus iniciativas.
Por eso los Obispos de la Conferencia Episcopal del Trivéneto, en la propia carta postulatoria al Papa Juan Pablo II, pudieron escribir: «El Padre Calabria, justo para preparar la Iglesia del Dos Mil -expresión a él familiar- hizo de su vida un continuo sufrir y una cuidadosa llamada a la conversión, a la renovación, a la hora de Jesús, con tonos impresionantes de perentoria urgencia... Nos parece que la vida del Padre Calabria y su misma persona constituyen una " profecía " de vuestro apasionado grito a todo el mundo: "Aperite portas Christo Redemptori!"».

Comprendió que en esta radical y profunda renovación espiritual del mundo tenían que ser comprometidos también los laicos. Para esto, en el 1944 fundó la "Familia de los Hermanos Externos", integrada, en efecto, por laicos.

Rezó, escribió, actuó y sufrió por la unidad de los cristianos. Por eso, mantuvo fraternas relaciones con protestantes, ortodoxos y hebreos. Escribió, habló, amó, nunca discutió. Conquistó con el amor. El mismo pastor luterano Sune Wiman de Eskilstuna (Suiza) que tuvo con él un copioso intercambio epistolar, dirigió el 6 de marzo de 1964 una carta postulatoria al Santo Padre Pablo VI para pedirle la glorificación de su venerado amigo.

Fue este período el más misteriosamente doloroso de su vida. Parecía que Cristo lo hubiera asociado a la angustia del Getsemaní y del Calvario, aceptando su ofrecimiento como "víctima" para la santificación de la Iglesia y para la salvación del mundo. El beato card. Schuster lo comparó al Siervo de Jahvé.

Murió el 4 de diciembre del 1954. En la vigília, hizo su último gesto de caridad ofreciendo su vida al Señor por el Papa Pío XII, que agonizaba. El Señor había aceptado su oferta y, mientras él moría, el Papa, misteriosa e improvisamente recuperaba la salud viviendo con eficiencia otros cuatro años.

El mismo Pontífice, sin saber del último gesto del Padre Calabria pero conocedor profundo de toda su vida, cuando recibió la noticia de su muerte, en un telegrama de condolencia a la Congregación, definió "campeón de evangélica caridad".

Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 17 de abril de 1988
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Adolfo Kolping, Beato

Presbítero y Fundador de la Sociedad de Jóvenes Artesanos

Martirologio Romano: En Colonia, de Renania, en Prusia, beato Adolfo Kolping, presbítero, quien, ardientemente solícito para con los trabajadores y la justicia social, fundó una sociedad de jóvenes obreros, que difundió en muchos lugares (1865).

Etimología: Adolfo = "Aquel que es un guerrero osado", es de origen germánico

Sacerdote, reformador social, autor y editor, pastor de almas y "padre de los jóvenes artesanos"; todas estas actividades caracterizan a Adolfo Kolping (1813-1865). Adolfo Kolping nació en Kerpen, una ciudad alemana ubicada cerca de Colonia, y creció en un entorno humilde. Después de un breve período escolar, a los 13 años se hizo aprendiz de zapatero.

Trabajó durante diez años en este oficio y, al igual que otros artesanos jóvenes, viajaba de una localidad a otra. A los 23 años, se animó a dar un paso inusual y se decidió a ser sacerdote. Entró al "Colegio de San Marcelo" en Colonia, mientras tenía que ganarse la vida. A continuación, estudió teología en Munich y en Bonn. El 13 de abril de 1845, Adolfo Kolping fue ordenado sacerdote en la Iglesia de los Minoritas de Colonia. Su primer cargo como sacerdote fue el de vicario parroquial en Wuppertal-Elberfeld.

Allí se encontró con la miseria de los trabajadores a causa del cambio social de la industrialización. Debido a la caída de los gremios de artesanos, los jóvenes artesanos habían perdido el hogar que representaba la familia del maestro artesano. En Elberfeld,
Adolfo Kolping conoció la asociación de jóvenes artesanos fundada poco antes por el maestro de escuela Johann Gregor Breuer y fue nombrado su asesor eclesiástico (director espiritual). Kolping reconoció que este tipo de asociación constituía un medio adecuado para la solución de problemas sociales.

Ayuda para la autoayuda, cambio social mediante la transformación del hombre, así se caracterizarían más adelante sus principios. Kolping se trasladó poco después a Colonia, donde el 6 de mayo de 1849 fundó la primera "Asociación Católica de Jóvenes Artesanos", precursora de la actual Familia Kolping. En poco tiempo la idea de la autoayuda y de la ayuda comunitaria se difundió hasta los límitesde Europa y a ultramar.
El 27 de octubre de 1991, Adolfo Kolping fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en Roma. En la actualidad, su obra de vida sigue presente en más de cincuenta países.
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Ada (Adrehildis) de Le Mans, Santa
Abadesa,

Martirologio Romano: En Cenómano (hoy Le Mans), de Neustria, santa Adrehildis o Ada, abadesa del monasterio de Santa María (c. 692).

Etimología: Ada = "Aquella que lleva adorno y es bella", es de origen hebreo

Fue monja, abadesa, y virgen consagrada.
Vivió en el siglo VII.
Ella era sobrina de San Engelbert quien fue asesinado por su propio primo.

Ella y su familia eran muy debotos.
Fue monja en Soissons, Francia, y posteriormente abadesa de San Julien de Prés, Le Mans, Francia.

Es la santa patrona de las mujeres religiosas y monjas en Francia.
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San JUAN DAMASCENO. (c.650 – c.750). Doctor de la Iglesia.

Martirologio Romano: San Juan Damasceno, sacerdote y doctor de la Iglesia, que resplandeció por su santidad y doctrina y luchó hasta la extenuación con la palabra y con los escritos contra el emperdor León el Isáurico en defensa del culto de las sagradas imágenes. Cuando se hizo monje en el monasterio de Mar Sabás en Jerusalén, se dedicó a la composición de himnos sagrados hasta su muerte. Su cuerpo fue depuesto en este día

Se llamaba Juan Mansúr y había nacido en Damasco, en el seno de una familia de origen sirio, y probablemente de religión cristiana ortodoxa calcedoniana

Hijo de un gran funcionario del califato de Damasco (su padre se llamaba Yahia Ibn Sargur Mansur; Constantino Coprónimo le cambió el nombre por el término infamante de "manzer", o sea, "bastardo", porque era el administrador económico del califato), apenas veinte años después de la muerte de Mahoma. Fue educado probablemente por un monje siciliano llevado prisionero por los sarracenos a Damasco. Al morir su padre, Juan le sucedió en el cargo, llegando gran visir, es decir, ministro de finanzas de la corte del califa, hasta que, por razones políticas, el soberano negó sus favores a la familia de Juan, de modo que tuvo alejarse de Damasco. Parece ser que tuvo un hermano adoptivo, san Cosme de Jerusalén, obispo de Mayuma. La leyenda dice que el emperador León III, falsificó una carta de Juan, en la que tramaba la entrega de Damasco traicionando de este modo al califa, éste le hizo cortar la mano derecha pero la Virgen se la restituyó íntegra por la noche

Juan recaló en Jerusalén, y aquí ingresó en la cercana laura de Mar Sabas. Su vida monástica fue al principio muy severa, por las pruebas a las que fue sometido. Allí tuvo como maestro a san Cosme, su hermano, quién le impuso no hablar, no escribir, no leer, no cantar, ... cuando el hegúmeno quedó convencido de que su obediencia era perfecta le liberó de estas prohibiciones y le instruyó para que escribiera. Ciertamente pudo dedicarse a sus estudios, componiendo obras (entre ellas la “Fuente del Saber”, primer compendio de dogmática e himnos litúrgicos, así como el primer escrito cristiano sobre el Islam, que los considera como una herejía cristiana). Tuvo una gran devoción por María a quién dedicó la mayoría de sus escritos. Fue ordenado sacerdote (726) por el patriarca de Jerusalén, Juan V, que se sirvió de él como predicador y escritor, especialmente durante la polémica iconoclasta suscitada por León III el Isáurico en el 730, tal vez influido también por el edicto del califa Yadiz del 720, en el que condenaba como idolatría el culto de las imágenes de los cristianos. Junto con san Germán, patriarca de Constantinopla, y con el papa san Gregorio II, Juan se convirtió en uno de los principales defensores del culto de las imágenes. Su defensa de este culto se resume en esta frase: "No es la materia lo que nosotros veneramos, sino lo que ella representa; el honor que se tributa a la imagen se transmite a su ejemplar". Escribió tres “Discursos en defensa de las imágenes”

Es probable que muriera en su celda monástica, aunque otros biógrafos digan que recorrió las provincias de Oriente para fortificar a los cristianos contra los iconoclastas, hasta que sucumbió mártir por la fe. Fue el último de los Padres griegos y el primero de los cristianos aristotélicos. Los musulmanes lo confundieron con san Juan Bautista, por lo que veneran su tumba en la mezquita de los omeyas en Damasco, aunque sus restos desaparecieron en Constantinopla. MEMORIA FACULTATIVA.
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Santa BÁRBARA. M. c. 235.

Martirologio Romano: Conmemoración de santa Bárbara, de la cual se dice que fue virgen y mártir en Nicomedia

Esta santa virgen y mártir es respetada con particular devoción en los calendarios: latino, griego, moscovita y siriaco, pero su historia está oscurecida por una variedad de hechos falsos. Baronio prefiere aquellos que sufrió martirio en Nicomedia durante el reinado de Maximino el Tracio, quién levantó la sexta persecución general en el 235.

Pero José Assemani demuestra que los hechos que se narran en Metafraste y Mombritus parecen ser más exactos y sinceros. A través de ellos, sabemos que santa Bárbara sufrió en Heliópolis, en Egipto, al rededor del año 306. Esta versión concuerda con la “Menología” del emperador Basilio y con la “Synaxary”griega.

Una versión legendaria de su vida (la de Simeón Metafraste en el siglo X, la pasión de esta santa oriental se popularizó en Occidente en el siglo XIII, gracias a la “Leyenda Áurea” del arzobispo de Génova, Santiago de La Vorágine) Bárbara nació en Nicomedia, a orillas del mar Mármara. Era hija del sátrapa Dióscoro, un riquísimo pagano. Para sustraerla del proselitismo cristiano, su padre la encerró en una torre iluminada solo por dos ventanas, y en la que sólo él y una vieja sirvienta tenían acceso. A pesar de todo, la muchacha, una floreciente doncella de singular hermosura, gracias a un subterfugio encontró el medio de recibir las enseñanzas de un sacerdote enviado por Orígenes, que se hacía pasar por médico, y quién, después de haberla instruido en el cristianismo le administró el bautismo.

Cuando su padre tuvo que ausentarse por algún tiempo, ella le pidió como regalo de despedida la construcción de un cuarto de baño. Al regreso, el padre comprobó que, contra sus planes, ella había hecho instalar tres ventanas en lugar de las dos. Además, de la pared colgaba una cruz. Indignado, supo por ella misma que se había hecho cristiana y con las tres ventanas quería tener siempre ante sus ojos el misterio de la Trinidad. Enfurecido, desenvainó la espada y se abalanzó sobre su propia hija. Bárbara, sin embargo, pudo huir. Mientras él la perseguía, una roca se abrió ante la muchacha y se volvió a cerrar ente el perseguidor

Pero un pastor delató su escondite, y por ello fue castigado con la metamorfosis de sus corderos en langostas. Dióscoro irrumpió en la cueva y llevó a su hija a casa arrastrándola por los pelos, para que se casara con un pagano, a lo que nuestra santa se negó. Al ver que ni amenazas, ni golpes, ni el hambre podían nada contra su firmeza, él la entregó personalmente al juez. Éste ordenó que la azotaran con toda crueldad, pero por la noche se le apareció un ángel, la fortaleció con el cáliz y la santa forma, y curó sus heridas. Al día siguiente, los esbirros la encontraron más encantadora que nunca. Entonces el juez hizo que, tras infligirle las más terribles torturas: fue estirada en el potro, azotada con vergajos, desgarrada con peines de hierro, rodada sobre fragmentos de cerámica, quemada con hierros candentes y al fin los verdugos le cortaron los pechos con tenazas.

Otra mujer piadosa llamada Juliana vio el martirio de Bárbara y la dominó un intenso deseo de sufrir igualmente por Cristo. En voz alta proclamó su fe cristiana. El juez, sin titubeos, hizo que la azotaran inmediatamente y le sajaran igualmente los pechos. A continuación ambas muchachas fueron exhibidas desnudas ante la muchedumbre como si fueran animales, y condenas a muerte; pero un ángel les cubrió el cuerpo martirizado con un velo. En aquel momento el padre se adelantó y solicitó que se le permitiera ejecutar personalmente a su hija. Y así sucedió: Dióscoro cortó con la espada la cabeza de su hija. Pero poco después aquel lugar, fue carbonizado por un rayo, muriendo fulminado, "fue asaeteado y consumido de tal manera que de su cuerpo no quedaron polvo ni cenizas"

Pero tenemos que decir que su festividad fue eliminada del calendario romano universal en 1969 y ahora se limita a los calendarios locales. Se la invoca contra las tormentas y es la patrona del arma de artillería de los ejércitos
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San CIRANO. M. 657/95.

Martirologio Romano: En la región de Bourges, en Aquitania, san Cirano, peregrino y abad de Longoret

Hijo de un noble de Berry. Se gano la protección del maestro copero de palacio de la Corte del rey de Borgoña, Clotario II y, de este modo, fue introducido en palacio. Un día lo dejó todo, se fue a Tours, y se hizo eremita; más tarde fue ordenado archidiácono. Cuando su padre, el obispo de Tours, murió: Cirano distribuyó el patrimonio familiar entre los pobres, pero el nuevo obispo, le consideró loco y lo hizo encerrar. No salió de la cárcel hasta que no murió el prelado; pero, a pesar de ser inocente, no fue aceptado por sus conciudadanos y se unió a la comunidad del obispo Flavio, que recorría todos los monasterios de Europa, y así llegó a Roma.

Más tarde regresó a Francia, y fundó un monasterio en la localidad de Lonrey (Saint-Cyran), cerca de un río lleno de peces. La nueva fundación creció bajo la regla benedictina y... los peces del río. Según la leyenda, todas las mañanas, se acercaba a pescar para su comunidad, y siempre pescaba el número justo de peces para todos sus hermanos y para los pobres del lugar. Un día pescó uno de menos, y supo que alguno de sus monjes había murmurado; en efecto, un joven monje confesó que no le gustaba la dieta tan monótona. El abad procuró atenderle; pero otro grupo de monjes le calumnió alegando que se aprovechaba de la pesca para enriquecerse personalmente, Cirano no desmintió la calumnia sino que prefirió alejarse, volviendo a su antigua vida de monje errante. Años más tarde fue elegido abad de los monasterios de Lonrey y Meobecq que él había fundado.
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San ANNÓN DE COLONIA. (1010-1075).

Martirologio Romano: En el monasterio de Siegburg, de Renania, en Alemania, san Annon (o San Anón), obispo de Colonia, hombre de agudo ingenio, que fue tenido en gran honor, tanto en la Iglesia como en los negocios civiles, en tiempo del emperador Enrique IV, y para aumentar la fe y la devoción, procuró la fundación de muchas iglesias y monasterios

Nació en SteuBlingen. Hijo de los condes de Sonnenberg de Suabia, que habían venido a menos. Fue destinado a una carrera secular, pero un tío suyo, canónigo de Bamberg, lo encaminó a la carrera eclesiástica. Recibió la formación en el monasterio local de San Esteban de Bamberg donde ejerció la docencia. En 1054 fue prepósito del monasterio palatino de los Santos Simón y Judas en Goslar.

Fue elegido arzobispo-elector de Colonia (1056-1075); su grey le tuvo una gran hostilidad por que se retenía que su linaje era muy bajo para el cargo que ocupaba. Fue canciller y confesor del emperador Enrique III. Luchó por extender los territorios de su diócesis e introdujo la reforma cluniacense en su diócesis. Su relación con Roma fue muy difícil: durante el papado de Nicolás II, fue castigado con otros obispos por motivos desconocidos. Y empeoró cuando el cisma (1061-1064) entre el papa Alejandro II y antipapa Honorio II, y en su calidad de regente del Imperio consiguió terminar con el cisma. A la muerte del emperador, gobernó el Imperio (1062) en nombre de Enrique IV, hasta que fue destituido, por su vida poco edificante. También tuvo que dejar el obispado por una revuelta del pueblo por su excesiva rigidez.

En 1072, se retiró de la Corte a la abadía benedictina de Siegburg, que había fundado, donde pasó los últimos meses de su vida. Colaboró con los papas Gregorio VI y Esteban IX en lo relativo al celibato eclesiástico. Fue un obispo de su tiempo que se ocupó de de aumentar los intereses de su familia y el poder del arzobispado de Colonia. Cuesta mucho observar en él signos de santidad, si no es por las reformas que hizo en su diócesis y su entrega a los más pobres.
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San OSMUNDO DE SALISBURY. M. 1099.

Martirologio Romano: En Salisbury, en Inglaterra, san Osmundo, obispo, que junto con el rey Guillermo se trasladó de Normandía a Inglaterra y, promovido enseguida al episcopado, consagró la iglesia catedral, proveyendo a la administración de la sede y al culto divino

Era un noble normando, hijo de Enrique conde Séez, y sobrino de Guillermo el Conquistador, junto al cual marchó a Inglaterra donde el rey le nombró canciller. Tomó parte activa en la recopilación del “Domesday Book”.

En el 1072, fue elegido obispo de Salisbury, donde terminó la construcción de la catedral e instituyo el capítulo de canónigos seculares, con constituciones propias, que fueron más tarde modelo para todos los capítulos ingleses, fundados sobre los usos de Bayeux en Normandía.

26 de Junio26Fue, como obispo, no sólo un hábil administrador, sino también un hombre con profundo interés por la cultura. Amaba copiar y encuadernar libros; se le atribuye, la perdida “Vita de San Adelmo”. Presidió la traslación de los restos de san Aldelmo a Malmesbury en 1078.

Por algunos estudiosos se le atribuye la institución del “Sarum Rite”, una variante del rito romano muy difundido en la Inglaterra medieval, pero los historiadores modernos sostienen que la institución definitiva de este rito es solamente del obispo Ricardo Poore (1217-1228). Si bien no se le puede dar a Osmundo el mérito total de esta recompilación, es necesario reconocerle que lo inició y contribuyó a difundirlo en Irlanda, Escocia e incluso en la misma Inglaterra.

Guillermo de Malmesbury apreció a Osmundo por su cultura y pureza, juzgándolo eminente por su falta de ambición y avaricia. Fue rígido con los otros, pero también consigo mismo. Fue sepultado en la catedral de Old Sarum. 
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San BERNARDO DE LOS UBERTOS. (c. 1060 - 1133).

Martirologio Romano: En Parma, de la Emilia, san Bernardo, obispo, el cual, siendo monje, se aplicó a una vida de perfección, y después, como cardenal, buscó el bien de la Iglesia, para, finalmente, ya obispo, procurar la salvación de las almas

Nació en Florencia, en el seno de la noble y rica familia de los Ubertos; cuando murió su padre heredó todas sus posesiones. Ingresó en la Orden de Vallumbrosa e hizo su profesión en el monasterio de San Salvi en Florencia. Donó sus bienes a sus parientes, amigos y al monasterio. Fue nombrado abad de San Salvi, después general de la Orden de Vallumbrosa; durante su gobierno la Orden tuvo una gran expansión, saliendo de los límites de la Toscana y estableciendose en Emilia y Lombardía con la autoridad abacial fuertemente centralizada, autoridad confirmada en uno de los primeros capítulos del año 1100.

El papa san Urbano II lo creó cardenal (1097), confirmando de esta forma la importancia del abad mayor; fue nombrado legado pontificio en Alta Italia, y como tal pacificó Emilia y Lombardía. Viajó por Milán, Monza, Pavía, Brescia, Módena, Mantua, y a los dominios de la condesa Matilde de Canossa, que gracias a su mediación, la condesa en 1102, renovó la donación de todos sus bienes a la Santa Sede. Sólo en Parma, Bernardo, encontró resistencia a su trabajo, de tal modo que en 1104, mientras hablaba al pueblo en la catedral, hubo un tumulto en el que fue agredido y encarcelado, para liberarlo intervino la condesa Matilde; dos años después la situación había cambiado hasta tal punto que Parma pidió como obispo al propio Bernardo (1106); en aquel tiempo esta ciudad era el centro de los partidarios del antipapa. Fue legado pontificio y obispo y mantuvo durante algunos años, hasta el 1109, que sólo fue obispo de la ciudad. Participó en la lucha de las investiduras, y en el 1111 fue arrestado junto al papa por el emperador Enrique V.

Su mayor empeño fue la reforma monástica, y mientras fue obispo vistió el hábito monástico, y vivió en común con los monjes, y obtuvo para los vallumbrosianos el privilegio de la protección imperial. Estuvo envuelto en la difícil sucesión del difunto emperador y apoyó al candidato del papa Honorio II; algunas misiones de confianza papal, le llevaron a la prisión y a un largo exilio de la diócesis. En el cisma de 1130, entre el papa Inocencio II y el antipapa Anacleto II, se puso al lado del legítimo papa con todos los vallumbrosianos y los camaldulenses. Era ya muy anciano y enfermo, cuando acogió en Verona al emperador Lotario y lo acompañó a Roma para la coronación. Murió en Parma. Patrón de Parma.
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Beato FRANCISCO GÁLVEZ y compañeros. (1574-1623).

Martirologio Romano: En la localidad de Edo en Japón, beatos mártires Francisco Gálvez, sacerdote de la Orden de los Hermanos Menores, Jerónimo de Angelis, sacerdote, y Simón Yempo, religioso, ambos de la Compañía de Jesús, muertos en la hoguera por odio a la fe

Natural de Utiel (Ciudad Real), ingresó en los franciscanos descalzos alcantarinos en el convento de San Juan de la Ribera de Valencia (1591), donde había estudiado Filosofía y Teología en la universidad de Valencia. Ordenado sacerdote en 1601, fue destinado a las misiones de Filipinas. Durante ocho años estuvo en Méjico atendiendo la consolación de aquella floreciente comunidad. En 1609 pasó a Manila, Filipinas y allí aprendió la lengua japonesa en el convento de Dilao.

En 1612, pasó a Japón, trabajando en la conversión de los nativos. Dos años después, durante la persecución regresó a Manila (1614), donde tradujo a la lengua nipona una explicación de la doctrina cristiana y tres volúmenes sobre la vida de los santos y en Macao se oscureció la piel, como un esclavo negro, para poder volver al Japón, lo que hizo en 1618. Predicó con mucho coraje y en la ciudad de Yeddo. Reanundó la predicación en medio de grandes peligros. Traicionado por un bonzo, que había simulado hacerse cristiano, fue encarcelado contros 51 cristianos y fueron quemados vivos. En medio de las llamas demostró una invencible constancia y no cesó de predicar el evangelio mientras tuvo fuerza para ello.

Fue beatificado junto a los franciscanos Vicente de San José, Luis de Sotelo y Bartolomé Díaz “Laurel” y junto al grupo de Francisco Morales y compañeros. Tras estos mártires los cristianos del Japón quedaron privados de sacerdotes y reducidos al silencio. Sobrevieron en la clandestinidad hasta que fueron descubiertos en 1865, año en el que se permitió a los misioneros católicos entrar en Japón.INDICE


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