Santoral del 5 de Enero



INDICE

• Eduardo III el Confesor, Santo Rey de Inglaterra
• Juan Nepomuceno Neumann, Santo Obispo y fundador
• Genoveva Torres Morales, Santa Fundadora
• Telésforo, Santo VIII Papa
• Carlos de San Andrés (Juan Andrés Houben), Santo Pasionista
• Marcelina Darowska, Beata Fundadora
• María Repetto, Beata Religiosa
• Pedro Bonilli, Beato Franciscano y Fundador
• Santa SINCLÉTICA
• Santa EMILIANA. s. VI.
• San CONVOIÓN. (788-868)
• Beato ROGERIO DE TODI. M. 1237
• OTROS SANTOS DEL DIA
• VIDEOS
Teodoro, Odulfo, Onoberto, confesores; Simeón estilita, anacoreta; Amelia, Emiliana, Apolinaria, Sinclética, vírgenes; Amada, abadesa.


SAN TELÉSFORO, Papa y Mártir
Venid, benditos de mi Padre, a tomar posesión del reino
que os está preparado desde el principio del mundo.
(Mateo 25, 34)

† martirizado hacia el año 138
San Telésforo, griego de nacimiento, sucedió al Papa Sixto I, y fue el octavo obispo de Roma. Tuvo el dolor de ver los estragos causados en la Iglesia por la persecución del emperador Adriano. Sabemos, por San Ireneo, que terminó gloriosamente su vida con el martirio, cerca del año 136; por espacio de diez años había ocupado la cátedra de San Pedro.

MEDITACIÓN SOBRE LA GLORIA DEL PARAÍSO

I. En el cielo se posee a Dios y, poseyéndolo, gózase de todos los bienes. Jamás estamos contentos en este valle de lágrimas; lo estaremos en la mansión de los Bienaventurados. Privémonos, pues, de estos placeres tan fugaces, tan poco capaces de satisfacernos, a fin de que gocemos de las delicias del cielo. Placeres, honores, riquezas, ¡cuán despreciables aparecéis para quien considera el cielo! ¡Ah, Señor, yo puedo conseguir esta dicha, pero no puedo concebir su inmensidad!

II. En el cielo encontrarás todo lo que deseas y ya no volverás a hallar nada de lo que te disgusta. No más lágrimas, ni suspiros, ni dolores, ni tristezas. En esta vida no hay placer que no esté mezclado con amargura; allí habrá toda clase de bienes sin mezcla de mal alguno. ¡Es, pues, muy razonable que sufra algo para gozar de tantas delicias!

III. ¿Cuánto durará ese estado de gloria? Toda una eternidad; y los santos tendrán la seguridad de que su felicidad es eterna. ¡Oh eternidad bienaventurada! ¡Qué no harían los cristianos para poseerte si te comprendiesen! Todo lo que es eterno es grande, lo demás pequeño. Trabajemos para la eternidad y despreciaremos todos los bienes de esta vida. ¿Quién no sentirá que se desvanece su tristeza al pensar que, por un momento de prueba…, tendremos una eternidad de dicha? (San Gregorio).

El pensamiento del Paraíso.
Orad por los pecadores.

ORACIÓN

Pastor eterno, mirad con benevolencia a vuestro rebaño, y cuidadlo con protección constante por medio de vuestro bienaventurado Mártir y Soberano Pontífice Telésforo, a quien constituiste pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.



San EDUARDO III "el Confesor". (c.1003 - 1066).

(DuardosDuarte, Odoardo. ing.: Edward the Confessor).
Martirologio Romano: En Londres en Inglaterra, san Eduardo, conocido como el Confesor: rey de los anglos, amadísimo por su pueblo por su gran caridad, aseguró la paz en su reino y promovió con tenacidad la comunión con la sede de Roma

Nació en Islip, cerca de Oxford, era hijo de Etelredo II, rey de Inglaterra y santa Emma, hermana de Ricardo II, duque de Bretaña. San Eduardo II “el Mártir” fue su tío. A causa de la invasión danesa del rey Suenon de 1013, fue exiliado en su juventud, durante 35 años, en Normandía (en el exilio le acompañó su hermano Alfredo y su madre), aunque al año siguiente su padre recuperó el trono. En este periodo recibió la noticia de la muerte de su padre y de su hermano mayor, Edmundo, heredero del trono y subió al poder Canuto, hijo de Suenon. Los campos fueron arrasados, los labriegos y nobles muertos a espada. Toda Inglaterra estuvo sumida en el caos más espantoso. Por si fuera poco, un día llegaron unos emisarios que dijeron venir con buenas intenciones para llevarse a Inglaterra a los dos hermanos. Alfredo creyó en sus patrañas y... recibió la muerte.

Para colmo de males, su madre, un día desapareció para casarse con el rey usurpador. Eduardo quedó solo y huérfano. Pero no se desalentó. Se refugió en la oración donde esperó la luz y la fuerza para resistir y vencer: "Señor, Padre mío, no tengo a quien volver los ojos en la tierra. Por ello acudo a Ti, seguro de que vas a venir en mi ayuda. Mi padre murió después de una vida de desgracias. La crueldad ha destruido a mis hermanos. Mi madre me ha dado un padrastro en mi mayor enemigo. Mis amigos me han vuelto la espalda. Estoy solo, Señor, y mientras tanto buscan mi vida. Pero tú eres el protector del huérfano y en Ti está la defensa del pobre. Ayúdame, Señor".

Con la muerte del rey danés invasor, Canuto el Grande, y la influencia de Godwin, conde de Kent, llegó al trono de Inglaterra en 1043. Eduardo es el ultimo rey anglosajón antes de la invasión normanda. Reinó durante 23 años, velando siempre piadosamente por las vidas y el bienestar de sus súbditos, especialmente por los más necesitados. Se casó con Edith la hija de Godwin, y que fue la esposa perfecta y con la que no llegó a consumar el matrimonio. "Eduardo fue un rey victorioso, pero no un gran rey. Fue un alma tersa, pero no un rey fuerte. Fue un hombre caritativo, pero no un monarca intrépido. Un rey poco autoritario." "Mucha oración, muchos ejercicios de piedad, poca comida, poca bebida, una vivísima caridad, estas son las normas que guiaron su vida hasta la vejez". Durante dos años tuvo que soportar las conspiraciones de Godwin -que ya en tiempos había asesinado a sus hermanos- y sus hijos Sven y Barold, a los que Eduardo tuvo que desterrar por sus desmanes y violaciones; Godwin se enfrentó al rey  y murió repentinamente en un convite en el momento de cometer perjurio.

Atrajo hacia una vida de austeridad a su esposa. Al no poder cumplir su voto, hecho en Francia, de visitar las tumbas de Pedro y Pablo en Roma, lo sustituyó construyendo la basílica de Wesminster dedicada a san Pedro, y en donde está enterrado. La única guerra que turbó la paz de su reinado fue al socorrer a un aliado oprimido: Macbeth, el usurpador cuya historia inmortalizó Shakespeare, y que había asesinado en 1030 a Duncan, rey de Escocia, cuyo hijo Malcom se había refugiado en territorio inglés. Gracias a su ayuda, en 1054, se venció a Macbeth.

Según una leyenda, su atributo: el anillo, estuvo siete años en el cielo; para poner a prueba su caridad, san Juan Evangelista se disfrazó de mendigo y pidió limosna al rey, quien al tener vacía la bolsa le dio su anillo de oro. Al cabo de siete años, a un peregrino inglés que se encontraba en Palestina, se le apareció san Juan y le dio el anillo para que se lo entregase al rey, anunciándole que no tardaría en entrar en el Paraíso.

Un cronista escribió: “No poseía ninguna de las brillantes cualidades que causan admiración por que en realidad son sólo fuente de pesar. No podía jactarse de haber conseguido grandes victorias o llevado a cabo conquistas; pero sacrificó todos sus intereses personales para dedicarse por completo a la felicidad de su pueblo. Inglaterra gozó bajo su reinado de una paz tan prolongada como no había existido medio siglo antes de él”. Guillermo el Conquistador le sucedió en el trono. Murió un 5 de Enero y su festividad se celebra el 13 de Octubre, por ser la fecha de la traslación de sus reliquias por santo Tomás Becket a la abadía de Westminster.
La canonización de san Eduardo tuvo lugar en 1161 por el papa Alejandro III. Su fiesta se celebra no sólo en Inglaterra, sino en toda la Iglesia de Occidente desde 1689. Copatrono de Inglaterra y de la familia real inglesa.
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Santa SINCLÉTICA. M. c. 400.
Martirologio Romano: En Alejandría de Egipto, santa Sinclética, virgen, de quien se cuenta que llevó vida eremítica.
Nació en Alejandría de Egipto, de una rica familia de Macedonia. Su gran fortuna y belleza le atrajeron numerosos pretendientes, pero Sinclética había consagrado su corazón a Dios y para librarse de aquellos recurría a la fuga. Sin embargo consideraba a su propio cuerpo como a su peor enemigo y se dedicó a domarlo con ayunos y otras asperezas. Su mayor sufrimiento era verse obligada a comer más frecuentemente de lo que deseaba.
 
Sus padres la constituyeron heredera de toda su fortuna, pues sus dos hermarnos habían muerto y su única hermana era ciega y estaba confiada a su custodia. Habiendo distribuido su fortuna entre los pobres, Sinclética se retiró con su hermana a una cámara sepulcral abandonada, que formaba parte de las posesiones de sus parientes. Ahí se cortó los cabellos, en presencia de un sacerdote para mostrar su absoluto despego del mundo, y renovó su consagración a Dios. A partir de ese instante, la oración y las buenas obras constituyeron su principal ocupación.

Numerosas mujeres acudían a ella en busca de consejo. Si su humildad le hacía difícil instruir a otros, su caridad la impulsaba a hacerlo. Sus palabras tenían un acento tan profundo de humildad y de convencimiento, que impresionaban profundamente a su oyentes. "¡Oh -exclamaba Sinclética-, cuán felices seríamos si trabajáramos por ganar el cielo y servir a Dios, como los mundanos trabajan por acumular riquezas y bienes perecederos! En tierra arrostran a los bandidos y salteadores; en el mar se exponen a los vientos a las olas y sufren naufragios y calamidades; todo lo intentan y a todo se atreven; en cambio nosotros, que servimos a un Señor tan grande y esperamos un premio inefable, tenemos miedo de la menor contradicción".
 
Frecuentemente predicaba la humildad: "Un tesoro sólo está seguro cuando está escondido descubrirlo equivale a exponerlo a la codicia del primero que venga y a perderlo; igualmente, la virtud sólo está segura cuando permanece secreta, quien la ostenta la verá disiparse como el humo". Con estos y otros discursos exhortaba nuestra santa a la caridad, a la vigilancia y a todas las virtudes. Durante mucho tiempo fue atormentada de tentaciones y de aridez espiritual.

A los ochenta años de edad, Sinclética contrajo una intensa fiebre que le atacó los pulmones, al mismo tiempo que una violenta gangrena le consumía los labios y las mandíbulas. Llevó su enfermedad con increíble paciencia y resignación, a pesar de que en los últimos tres meses el dolor no le dejaba reposo. Aunque la gangrena la había privado del uso de la palabra, su paciencia era un sermón más eficaz que cualquier predicación. Tres días antes de su muerte, Sinclética tuvo una visión en la que le fue revelada la hora en que su alma abandonaría el cuerpo. Al llegar el momento previsto, aureolada de una luz celestial y consolada con divinas visiones, Sinclética entregó su alma a Dios, a los ochenta y cuatro años de edad.
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Santa EMILIANA. s. VI.

(Amelia). Tranquila.

Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de santa Emiliana, virgen, tía paterna de san Gregorio I Magno, papa, la cual falleció piadosamente poco después que su hermana Tarsila.

Hermana gemela de santa Társila. Era una matrona romana, tía paterna de san Gregorio Magno; gracias a él conocemos la santidad de su vida, sus visiones y su muerte.
Con gran fuerza unía a Tarsila y Emiliana el fervor de sus corazones y su común caridad. Vivían en la casa que había sido de su padre, en el Clivus Scauri, como en un monasterio, y unas a otras se alentaban en las prácticas de la virtud por la palabra y el ejemplo, de manera que hicieron grandes progresos en la vida espiritual. Aunque Gordiana, su madre, se unió a ellas, no tardó en cansarse del silencio y el retiro, y se sintió inclinada a adoptar otra clase de vida, por lo que se casó con su tutor. Tarsila y Emiliana perseveraron en la senda que habían elegido, contentas en la paz de su retiro y en la entrega de su amor a Dios, hasta que murieron.
San Gregorio nos dice que poco después de la muerte de Tarsila, su bisabuelo, el papa San Félix II (III), se apareció en sueños a Emiliana y la llamó para celebrar juntas la Epifanía en el cielo. En efecto, Emiliana murió el 5 de Enero del año siguiente. A las dos santas hermanas, se las nombra en los respectivos días de su muerte en el Martirologio Romano.
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San CONVOIÓN. (788-868).

(Conwoyón, Covoyón. fr.: Conwoïon).

Martirologio Romano: En Bretaña Menor, san Convoión, abad, fundador en Roten del monasterio de San Salvador, donde, bajo su dirección y siguiendo la Regla de san Benito, floreció un elevado número de monjes; pero destruido el cenobio por los normandos, fundó una nueva casa en Saint-Maixent-de-Plélan, en la que falleció ya octogenario.

Nació en Comblessac (Bretaña, Francia), en el seno de una familia noble y, entrado en el estado sacerdotal, gozó bien pronto de la estima del obispo de Vannes, que lo nombró su Archidiácono.
Pero anhelando una mayor perfección, en el 832, junto con otros cinco sacerdotes, renunció al cargo y se trasladó a Rodon (hoy Redon), siempre en la diócesis de Vannes, mediante una donación del noble Ratvili. No faltaron las dificultades, sobre todo por la falta de reglas: al principio Conwoyón se inclinaba por el sistema monástico irlandés, pero después, siguiendo el consejo de Gerfredo, un piadoso eremita llegado del monasterio de San Mauro en el Loira, escogió la regla benedictina.
En el 832, encontró otros obstáculos en la oposición del emperador Ludovico Pío, que no le concedía el reconocimiento a la fundación. Sin embargo Nomenoe, un funcionario imperial amigo suyo, consiguió en el 834 el reconocimiento para el monasterio llamado de Saint-Saviour en Redon (Bretaña) del que fue su primer abad. Mientras tanto el número de discipulos había ido creciendo.

En el 848, por una cuestión concerniente a unos obispos acusados de simonía, Conwoyón se trasladó a Roma a ver al papa León IV, pero su misión no tuvo gran éxito; sin embargo, retornó con algunas reliquias del papa san Marcelino donadas por León.
Durante su mandato los monjes resplandecieron por su piedad y después de la destrucción del cenobio por los normandos, construyó en Saint-Maixent-de-Plélan un nuevo monasterio, en un terreno donado por el príncipe Salomón (854), y aquí murió octogenario.
En seguida sus reliquias fueron trasladadas a Redon, donde fueron profanadas, como muchas otras, en 1793, en el contexto de la Revolución Francesa. La Congregación de Ritos, con decreto del 28 de abril de 1866, confirmó el culto local, para la diócesis de Rennes. En el calendario romano anterior su conmemoración se inscribía el 28 de diciembre, posiblemente la fecha de traslación de sus reliquias, aunque con la reforma del Martirologio del 2001 ha quedado fijada para el 5 de enero, día de su muerte.
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Beato ROGERIO DE TODI. M. 1237.
(it.: Ruggero di Todi).

Martirologio Romano: En la ciudad de Todi, en la Umbría (hoy Italia), beato Rogerio, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, discípulo de san Francisco y ferviente imitador suyo.

Nació en Todi, Italia. Fue uno de los primeros seguidores de san Francisco de Asís. Puede afirmarse, con seguridad, que tomó el hábito de los Frailes Menores de las mismas manos de san Francisco en 1216. Por su equilibrio, unido al más ferviente celo misionero, fue enviado por san Francisco a España para fundar allí la Orden Franciscana. Erigió conventos, acogió religiosos que supo formar en el espíritu seráfico y los organizó como Provincia religiosa. Cuando hubo cumplido su oficio de organizador, regresó a Italia.
Y fue llamado por la beata Felipa Mareri, como director espiritual del convento que ella había fundado en Rieti de Umbria y que no tenía una regla concreta. Rogerio les dio la de las clarisas, por indicación de san Francisco y las dirigió con dulzura y rigor. Asistió a la beata Felipa en su lecho de muerte en 1236. En el elogio fúnebre él la invocó como se invoca a los santos.

Meditaba a menudo en el nacimiento de Jesús, que muchas veces se le apareció en forma de niño y tuvo el gozo de apretarlo amorosamente en sus brazos. Una mujer paralítica volvió a caminar después de haber recibido su bendición. Otra mujer afectada de locura, que se descontrolaba con gritos y acciones descompuestas, al contacto de su mano curó perfectamente.
Rogerio sobrevivió poco a su hija espiritual. Volvió a Todi, donde su vida dio nuevos fulgores de santidad. El Papa Gregorio IX, que le había conocido personalmente, permitió que el pueblo de Todi, donde se conservan sus reliquias, celebrase una fiesta en su honor, y Benedicto XIV confirmó su culto en toda la Orden franciscana.
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San JUAN NEPOMUCENO NEUMANN. (1811-1860)

.(ch.: Jan Nepomuk Neumann. al.: Johannes Nepomuk Neumann. ing.: John Nepomucene Neumann).

Martirologio Romano: En la ciudad de Filadelfia, del estado de Pensilvania, en los Estados Unidos de Norteamérica, san Juan Nepomuceno Neumann, obispo, de la Congregación del Santísimo Redentor, quien se distinguió por su solicitud a favor de los inmigrantes pobres, ayudándoles con sus consejos y su caridad, así como en la educación cristiana de los niños.

Nació en Prachatitz, Bohemia, en el seno de una familia artesana de lengua alemana. Al terminar sus estudios de Filosofía ingresó en el seminario de Budweis o Budejovice en 1831. La lectura de los "Anales sobre los misioneros alemanes en Estados Unidos" despertó su decisión de ir a aquellas tierras. El último curso de Teología lo hizo en la universidad de Praga, allí se encontró con el regalismo del emperador Francisco I frente a la ortodoxia romana. La crisis quedó reflejada en el "Diario" que escribió entre 1834-1838. El haberle diferido la ordenación su obispo alegando que tenía exceso de clero, hizo que Juan partiese para América, sin más ordenes que las menores y sin dinero alguno en el bolsillo, fiado sólo en la divina Providencia, y la ayuda del obispo coadjutor de Filadelfia.

En 1836 el celo misionero le llevó a la diócesis de Nueva York, donde fue ordenado sacerdote. Luego trabajó en la región de las cataratas del Niágara entre Buffalo y Rochester, donde ejerció una gran labor dedicado a su feligresía hasta 1840; durante este tiempo descubrió muy pronto que los diferentes grupos lingüísticos necesitaban una escuela unida a la Iglesia parroquial: era el lugar de encuentro, de cultura y de evangelización. Construyó varias. El trabajo era ilusionante, pero difícil por razón de las divisiones étnicas y la lucha de las sectas, muy numerosas. Se sintió solo para llevar a cabo aquel inmenso trabajo de evangelización.

En 1840 pidió ardientemente ser admitido en la Congregación del Santísimo Redentor. Tras cinco días de viaje infernal llegó a la casa del noviciado de Pittsburg, y tomó el hábito y en 1842 hizo su profesión religiosa en Baltimore, era la primera profesión religiosa de un redentorista en Estados Unidos. Hizo su trabajo como misionero entre los emigrantes. En 1844 fue nombrado superior de Pittsburg, y tuvo como novicio al beato Francisco Javier Seelos. De 1847 a 1849 fue superior de todos los redentoristas de Estados Unidos. Fueron años de entrega a las misiones, a las catequesis en las escuelas parroquiales, que tanto amaba, y a inculcar en sus hermanos la llamada radical a la santidad con el testimonio personal.

En 1852, el beato Pío IX le nombró obispo de Filadelfia. Eligió como lema de su pontificado: “Pasión de Cristo, confórtame”. Juan se dedicó al ministerio de la palabra, a la educación de la juventud, a la construcción de iglesias, al decoro del culto divino y a la asistencia de los huérfanos y necesitados. Realizó tres sínodos en su diócesis; 1852, 1855 y 1858. Mantuvo una estrecha relación ecuménica con los dirigentes evangelistas que acercó la Iglesia romana a la sociedad norteamericana. Asistió al concilio de Baltimore en 1852, que adoptó como oficiales los catecismos que él había compuesto para los alemanes. En 1854 asistió en Roma a la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción. Fue proverbial su pobreza, de tal manera que en su funeral fue vestido con un traje nuevo por primera vez en muchos años. Murió de un infarto. Fundó las Hermanas de la Tercera Orden de San Francisco de Filadelfia en 1856. Murió en plena calle de Filadelfia. Escribió tres libros de catecismo y cartas de valor histórico. Está enterrado en la iglesia de San Pedro de Filadelfia, perteneciente a los redentoristas. Fue canonizado por el beato Pablo VI el 19 de junio de 1977.
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Beata MARÍA REPETTO. (1807-1890).

Martirologio Romano: En Génova, ciudad de Italia, beata María Repetto, virgen, de las Hermanas de Nuestra Señora del Refugio en el Monte Calvario, que vivió escondida del mundo y se esforzó por ayudar a los afligidos y dar esperanza de salvación eterna a los que dudaban.

Nació en Voltaggio, Italia en el seno de una familia de la burguesía. Ingresó como religiosa de las Hermanas de Nuestra Señora del Refugio en el Monte Calvario en Génova en 1829. Trabajó como costurera de la comunidad durante muchos años. Cuando la vista le comenzó a fallar, la destinaron a la portería del convento, donde desarrolló una labor apostólica profunda y promovió la devoción a san José. Tuvo el don de la curación, colocando la medalla de san José en el lugar enfermo. No poseyó nada para sí mismo, trabajó como enfermera durante las epidemias de cólera de 1835 y 1854.
La generosidad de María causó algunos apuros a la comunidad. El numero elevado de gente que recogió dentro del convento, tuvo las críticas de sus hermanas que consideraban que interrumpían su vida de comunidad, así que le quitaron la portería, María no se inmutó y se dedicó con más fortaleza a la oración y sus superioras consideraron su posición y la devolvieron a su puesto.

Se dice que un día una mujer llegó al convento para pedir oraciones por su marido ciego. La hermana María le aconsejó orar a san José. Cuando la mujer se fue, María, giró hacia la pared del cuadro que tenía en la portería y le dijo: "Intente usted mismo ver lo que significa ver en la oscuridad". La mujer volvió y le dijo que su marido se había curado repentinamente. La hermana María giró el cuadro de san José y vio una nota que decía: "te lo agradece san José". Murió en Génova y está enterrada en la capilla de su convento. Fue beatificada el 4 de octubre de 1988 por el papa Juan Pablo II.
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San CARLOS DE SAN ANDRÉS HOUBEN. (1821-1893).

(Juan Andrés Houben. ing.: Charles of Mount Argus, Charles of Saint Andrew).

Martirologio Romano: En Dublín, en Irlanda, san Carlos de San Andrés (Juan Andrés) Houben, presbítero de la Congregación de la Pasión, admirable ministro del sacramento de la penitencia.

Nació en Munstergeleen (Limburgo, Holanda). Era de carácter abierto y jovial, aunque inclinado a la reflexión. Se distinguió por su ferviente devoción a la Eucaristía y a María. Estudió para ser sacerdote aunque no se distinguió por su inteligencia, pero esto no impidió que fuera presbítero. Ingresó en los pasionistas en 1845 y tomó el nombre de Carlos de San Andrés. Su petición de ingreso en la Congregación de la Pasión fue aceptada por el beato Domingo de la Madre de Dios.
En 1852, fue enviado a Inglaterra, donde trabajó entre los mineros de Aston; ejerció durante un tiempo el cargo de vicemaestro de novicios, en Broadway, y el misterio sacerdotal en la parroquia de San Wilfrido y en el barrio hasta que en 1856 lo trasladaron al nuevo convento de de Mount Argus, cerca de Dublín.

En Irlanda pasó el resto de su vida (excepto un paréntesis de ocho años). Buscó la soledad para estar en contacto con Dios, pero su soledad era invadida continuamente por la gente, que lo buscaba. Fue sacerdote de singular piedad; se distinguió particularmente en el ejercicio de la obediencia, en la práctica de la pobreza, de la humildad y de la sencillez, y aún más en la devoción de la Pasión del Señor. Se dedicó particularmente a la dirección espiritual de las almas a través de la confesión.
La fama de sus virtudes atrajo muy pronto al convento a un gran número de fieles, que pedían su bendición. En una ocasión, mientras visitaba una parroquia de campo, transportaron a los enfermos fuera de sus casas y los alinearon a lo largo de la calle, para que los bendijera. Existen testimonios atendibles de curaciones sorprendentes, que le valieron la fama de taumaturgo.
A causa de esta fama, difundida en todo el Reino Unido y extendida también en Estados Unidos y Australia, para darle un poco de tranquilidad fue trasladado en 1866 a Inglaterra, donde vivió en los conventos de Broadway, Sutton y Londres. En 1874 volvió a Dublín, donde permaneció hasta su muerte. A causa de su vida austera y de penitencia que hacía su salud empeoró, como por un accidente que tuvo del que contrajo una gangrena, pero jamás se le oyó lamentarse. Murió lleno de méritos. Fue canonizado por Benedicto XVI el 3 de junio de 2007.
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Beata MARCELINA DAROWSKA. (1827-1911).

(María Marcelina de la Inmaculada Concepción).

Martirologio Romano: En Jazlowice, en Ucrania, beata Marcelina Darowska, que, muertos su esposo y su primogénito, se dedicó a Dios y, preocupada por la dignidad de la familia, fundó la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, para la educación de las jóvenes.

Nació en Szulaki, Ucrania, en el seno de una familia terrateniente de origen polaca. Desde pequeña destacó por su piedad y continua oración, virtudes por las cuales decidió dedicarse a la vida religiosa; sin embargo, en el lecho de muerte de su padre prometió que contraería matrimonio para preservar el linaje; se casó con Karol Darowski, con quien procreó dos hijos.
Enviudó después de tres años de matrimonio, y murieron sus hijos, por lo cual pudo ingresar en un convento. Viajó a Roma, donde conoció al padre Hieronim Kajsiewicz (quien se convirtió en su director espiritual) y, por medio de él, a Josephine Karska, quien ya tenía la idea de fundar una congregación dedicada a la formación integral de la mujer; éste fue el inicio de la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción de la Bendita Virgen María. Al morir sor Josephine, Marcelina asumió el cargo de superiora.

Trasladó a su país natal la sede de la congregación, y en Jazlowiec, Ucrania -donde radicaría el resto de su vida-, fundo la primera escuela para niñas, a la cual convirtió en un importante centro cultural y espiritual. Su carisma se basaba en el renacimiento y la consolidación de la familia sobre las bases del amor, el respeto y la oración, y en fincar sólidas bases morales en la sociedad. Las escuelas que fundó anexas a los monasterios eran gratuitas.
En los cincuenta años que fue abadesa fundó siete conventos, con igual número de escuelas. Dejó herencia de oración, amor al prójimo, y formación académica y religiosa. Murió en Jazlowice (Ucrania). Fue beatificada por san Juan Pablo II el 6 de octubre de 1996.
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Beato PEDRO BONILLI. (1841-1935).

(it.: Pietro Bonilli).
Martirologio Romano: En Spoleto, en Italia, beato Pedro Bonilli, presbítero, fundador del Instituto de las Hermanas de la Sagrada Familia, para atender y educar a la niñas pobres y huérfanas.

Nació en San Lorenzo de Trevi (Italia) en el seno de una familia de agricultores humildes, recibió la instrucción primaria en Trevi, donde el párroco le infundió una encendida devoción por la Sagrada Familia.

Estudió Teología en el seminario de Spoleto y recibió la ordenación sacerdotal en 1863 en Terni. Fue nombrado párroco de Cannaiola, donde desempeñó una asidua actividad pastoral y social, teniendo su ministerio tres ejes: la catequesis, la liturgia y la acción social. Y por encima de todo la promoción de la familia cristiana. Restauró el templo parroquial, y fomentó las asociaciones de fieles. Fundó dos orfelinatos, uno para niños (1884) y otro para niñas (1887). Fundó el Instituto Nazareno para las niñas huérfanas, ciegas y sordomudas en el 1893; todas estas fundaciones fueron confiadas a el Instituto de las Religiosas de la Sagrada Familia, que él mismo había fundado, superando muchas dificultades.
Fue nombrado canónigo penitenciario de la catedral de Spoleto en 1897. Desde ahora pasará, horas y horas, en el confesionario, ejerciendo una enorme influencia en los fieles. Trasladó su fundación a Spoleto y lo dirigió con sabiduría y acierto. Murió casi ciego pero dio ejemplo de serenidad y de confianza en Dios. Antes de morir el papa san Pío X lo nombró Camarero Secreto de Su Santidad. Fue beatificado en 1988 por SS. Juan Pablo II.
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Santa GENOVEVA TORRES MORALES. (1870-1956).

Martirologio Romano: En Zaragoza, en España, Santa Genoveva Torres Morales, virgen, que desde joven experimentó las contrariedades de la vida y soportó la enfermedad que le aquejaba. Fundó el Instituto de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Ángeles, para ayudar a las mujeres.

Nació en Almenara (Castellón), en el seno de una familia de labradores. Era la menor de seis hermanos. Ya desde la infancia tuvo que sufrir mucho. Su padre murió cuando tenía un año, y su madre a los ocho años. Se quedó sola con José, el hermano mayor, pues los demás había fallecido; no tenía estudios, pero sí una gran fuerza interior espiritual, que aprendió en las catequesis. Junto al dolor moral, padeció el físico. Cuando tenía 13 años, se le declaró un tumor en la pierna izquierda que le dejó medio paralizada. Comenzó a supurar y se le abrió una llaga. Al iniciar la gangrena, los médicos decidieron amputar. Vino un cirujano de Valencia y encima de la mesa donde hacían el pan, casi sin cloroformo, le cortaron la pierna.
La nueva esposa de su hermano no quería tener en casa a una inválida, y Genoveva se trasladó a la Casa de la Misericordia de Valencia, atendida por las Carmelitas de la Caridad de Santa Joaquina Vedruna. En esta casa vivió nueve años, desarrollando una profunda vida de piedad, y probablemente vivió experiencias místicas. Se hizo muy amiga de una anciana que tenía fama de santidad. La anciana le curaba las llagas que todavía padecía, y Genoveva la llevaba de un lado a otro. Solicitó entrar en las Carmelitas de la Caridad, pero no fue admitida a causa de su defecto físico, y lo aceptó no sin dolor. Con razón, la beata podía escribir, muchos años más tarde: "He vivido siempre sin cariño de nadie, ni de mis familiares".

En 1894, Genoveva y otras dos señoras -Isabel Fuster, una viuda con una hija pequeña, y Amparo Rives, soltera- se reunieron con el propósito de hacer una fundación. Vivirán juntas y se mantuvieron cosiendo y bordando. A este pequeño núcleo inicial se unieron otras señoras. En 1911, el canónigo de la catedral, don José Barbarrós, le planteó el problema de muchas señoras que sólo tienen una pequeña pensión que no les da para vivir independientemente, y le propuso que hiciera una fundación para estas personas. Era lo que Genoveva venía pensando: una congregación que se dedicara exclusivamente a remediar el desamparo y la necesidad en la vivían tantas señoras. Será el origen de la Congregación de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles, "las Angélicas". Abrieron la primera casa en Valencia en 1911. En 1912 se trasladaron a Zaragoza, (donde actualmente está la casa generalicia) y las fundaciones fueron creciendo a la vez que llegaban vocaciones. Falleció en Zaragoza. Fue canonizada por san Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003, en España.
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San TELESFORO

 (125-136) Nació en Calabria en el seno de una familia griega. Condujo durante, muchos años una vida de ermitaño. Fue elegido papa en una época en que c en Roma pululaban muchas herejías. La más peligrosa era la gnóstica, divulgada durante veinte años de actividad por Valentín. Se fundaba en la idea que para pensar lo divino de forma cada vez más pura, había que representarlo como absolutamente separado del hombre y del mundo, como Dios del Abismo. Acompañaban esta idea unos rituales mágicos a la manera de Simón Mago.

Telesforo prosiguió la labor de organización de la Iglesia estableciendo algunas normas. Prescribió el ayuno y la penitencia durante las siete semanas anteriores a la Pascua, iniciando una tradición aún vigente en el mundo cristiano; estableció que la noche de Navidad los sacerdotes podían oficiar tres misas; introdujo al principio de la misa el "Gloria in excelsis Veo", que quizás compusiera él mismo.

Después del martirio fue enterrado cerca de la tumba de S. Pedro
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OTROS SANTOS DEL DÍA:

Santa Amelia de Gerona. M. c. 304.
Virgen sin mancha.
Sobre esta santa mártir en Gerona no se sabe prácticamente nada. Un antiguo Breviario de Gerona la nombra en una lista de mártires de la persecución de Diocleciano.
En el 1336, el obispo de Gerona, Arnau de Camprodón, descubrió las reliquias de los mártires y les dedicó un altar en la catededral; con el pasar de los siglos, fueron incluídos en una larga lista del Martirologio Jeronimiano; se les celebra en fechas distintas; este es el caso de la mártir Amelia, ejecutada en Gerona, en el contexto de la persecución en el imperio romano, durante el mandato de Diocleciano.

San Deogracias de Cartago. M. 457.
(Quod vult Deus, Deogratias).
Gracias a Dios.
Martirologio Romano: En Cartago, ciudad del norte de África (hoy Túnez), san Diosgracias, obispo, que redimió a muchos cautivos capturados por los vándalos, ofreciéndoles cobijo en dos grandes basílicas dotadas de camas y esteras.
Cartago estuvo sin obispo católico durante 14 años. El emperador Valentiniano III logró que Genserico permitiera la consagración como obispo del ejemplar sacerdote Deogracias el 25 de octubre del 453. Fortaleció en la fe a los fieles. Ayudó a muchos, pues los católicos habían sido desposeídos de sus bienes. A los dos años de episcopado, Roma fue conquistada por Genserico el año 455. Fue sometida a pilllaje durante dos semanas. Genserico trajo a África a muchos cautivos. Deogracias se volcó en favor de los desterrados. Vendió todos los bienes de la Iglesia para rescatarlos de su esclavitud. Habilitó los templos de San Fausto y San Severo como hospital, asilo y residencia. Atendía personalmente a los enfermos y pobres que no podía acoger en las residencias. Sucedió a san Quodvultdeus.


San Gerlaco. (1100 - c. 1172/77).
(Gerlac, Gerlacio. hol.: Gerlachus van Houthem).
Martirologio Romano: Cerca de Valkenburg, en la región de Limburg (hoy Bélgica), san Gerlaco, eremita, que se distinguió por el servicio prestado a los indigentes.
Soldado holandés que tuvo una vida muy disoluta, pero la muerte de su esposa, le hizo enderezar su camino. Hizo penitencia el resto de su vida, primero cuidando un enfermo en Jerusalén por 7 años, dejó atras todas sus pertenencias, viviendo como ermitaño en un árbol hueco cerca de su ciudad natal de Valkenburg en Holanda.
Cada semana viajaba a Maastricht para venerar las reliquias de san Gervasio, y a Aachen para venerar a Nuestra Señora. Tuvo una vida muy pobre y austera. Al final de su vida tuvo un conflicto con algunos monjes locales que querían que se uniera al monasterio. Tuvo una estrecha relación espiritual con santa Hildegarda de Bingen. Murió en Houthem, Holanda, de causas naturales. Patrón de los animales domésticos. Tiene culto local.


Beatos Francisco Peltier, Jacobo Ledoyen y Pedro Tessier. M. 1794.
(fr.: François Peltier, Jacques Ledoyen, Pierre Tessier).
Martirologio Romano: En Angers en Francia, beatos Francisco Peltier, Jacobo Ledoyen y Pedro Tessier, sacerdotes y mártires, guillotinados durante la revolución francesa por custodiar con fidelidad su sacerdocio.
De nuestros tres beatos poseemos estos escasos datos:
Francisco Peltier nació en 1728 en Savennières, Sacerdote secular de la diócesis de Angers, que por mantenerse fiel a su sacerdocio fue degollado en Angers.
Jacobo Ledoyen había nacido en 1760 en Rochefort-sur-Loire. Sacerdote coadjutor en la parroquia de Coutigné. Se negó a jurar la Constitución Civil del Clero y por ello perdió su cargo y fue arrestado; luego fue liberado por los soldados vandeanos, pero fue arrestado de nuevo y ejecutado en Angers.
Pedro Tessier nació en 1766 en La Trinité-d’Angers. Sacerdote coadjutor en la parroquia de la Trinidad en Angers. Se negó a jurar la Constitución Civil del Clero y por ello perdió su cargo y fue arrestado, fue liberado por los soldados vandeanos, pero fue arrestado de nuevo y ejecutado en Angers. Beatificados por san Juan Pablo II el 19 de febrero de l984.

Beato Roberto Grau Bullich. (1895-1937).
Martirologio Romano: En Barcelona, beato Roberto (Joan) Grau Bullich, sacerdote de la Orden de San Benito, mártir de la persecución religiosa en época de la Guerra Civil.
Joan nació en Coll de Nargó (Barcelona). Ingresó en el monasterio de Montserrat cuando tenía 15 años, vistió el hábito benedictino, tomó el nombre de Roberto y profesó solemnemente el 21 de octubre de 1917. Fue ordenado sacerdote en 1920 y poco después fue enviado a Palestina. En 1922 fue designado Prefecto de colegiales, y Prior del Abad Marcet desde 1928, teniendo que llevar él mismo el monasterio en ausencia del Abad, que estaba en América y Tierra Santa. Entre otros trabajos intelectuales, tradujo al catalán la obra de Marmion «Jesucristo, ideal del monje». Presidió también la organización de las fiestas jubilares del año 1931.
Recibió el martirio el 5 de enero de 1937, posiblemente en Barcelona. Fue beatificado por el papa Francisco el 13 de octubre de 2013.
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1. En Roma, san Telésforo, Papa y Mártir; el cual, en el imperio de Antonino Pío, al cabo de muchos trabajos, por confesar a Cristo consiguió un ilustre martirio.
2. En Inglaterra, el tránsito de san Eduardo, Rey de los Ingleses y Confesor, insigne por la virtud de la castidad y la gracia de los milagros. Su fiesta se celebra, por decreto del Papa Inocencio XI, el 13 de Octubre, día en que fue trasladado su santo cuerpo.
3. En Egipto, la conmemoración de muchísimos santos Mártires, que en la Tebaida, durante la persecución de Diocleciano, fueron muertos con diversos géneros de tormentos.
4. En Antioquía, san Simeón, Monje, que vivió muchos años de pie en una columna, por lo cual recibió el sobrenombre de Estilita; cuya vida y conversación fue admirable.
5. En Roma, santa Emiliana, Virgen, tía de san Gregorio Papa; la cual, llamada por su hermana Tarsilá, que había ido antes a gozar de Dios, tal día como hoy pasó al Señor.
6. En Alejandría, santa Sinclética, Virgen, cuyos maravillosos hechos consignó en sus escritos san Atanasio.
7. En Egipto, santa Apolinaria, Virgen.



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