Santoral del 9 de Septiembre



INDICE
Pedro Claver, Santo Presbítero
San CIARANO "el Joven"
Beato PEDRO BONHOMME
Beato JACOBO DESIDERIO LAVAL
Beato FRANCISCO GÁRATE ARANGUREN
Beata MARÍA EUTIMIA ÜFFING
OTROS SANTOS DEL DÍA
Nuestra Señora de Gracia, Santa María de la Cabeza. Odger, diácono; Ciarán, abad; Gorgonio, Severiano, Felicia, Doroteo, Jacinto, Alejandro, Tiburcio, Estratón, Rufino, Rufiniano, mártires; Audomaro, obispo; Querano, abad.



SAN GORGONIO, Mártir
El que combate en la palestra
no es coronado sino cuando lidiare según las leyes.
2 a Timoteo, 2, 5).

Gorgonio, chambelán de Diocleciano, viendo un día a su señor torturar a un cristiano, exclamó: "¿De dónde procede, emperador, que de dos hombres culpables del mismo crimen, no has castigado sino a uno solo? La fe de este hombre es la mía; participo de su resolución".
Irritado Diocleciano, lo hizo azotar con tal violencia que su carne volaba en jirones; ordenó después que se le echase sal y vinagre en las llagas. Por fin, después de haberlo hecho asar a fuego lento en una parrilla, lo condenó a ser ahorcado.

Gorgonio o Gorgonius (en latín) fue uno de los cuarenta soldados de Capadocia que negándose a renunciar a su fe cristiana sufrieron el martirio en Sebaste (actualmente Sivas, en Turquía) en el año 320.
En Roma, en el cementerio «ad Duas Lauros», de la vía Labicana
Su festividad se celebra el 10 de marzo en el santoral católico.


MEDITACIÓN SOBRE LA ETERNIDAD
I. Hay una eternidad de dicha o de desgracia para ti; es una verdad que ningún cristiano puede poner en duda. ¿Comprendes esta palabra: Eternidad? ¿Piensas en ella? ¿Trabajas porque sea feliz para ti? ¡Oh eternidad, cuántas soledades pobló tu pensamiento! ¡cuántos santos ha hecho! Día y noche piensa en estas dos palabras: Seré eternamente feliz. o eternamente desgraciado. ¡Eternidad!... ¡Eternamente feliz... o eternamente desgraciado!...

II. El fin de la vida es el comienzo de la eternidad; ya no habrá más tiempo, ya nada podrás hacer ni para ganar el cielo, ni para evitar el infierno. ¡Oh momento de la muerte, momento tremendo, del cual depende una eternidad de dicha o de infelicidad! ¿Cuándo llegará ese momento? Acaso hoy mismo; y, necio de mí, ¡no pienso en él! ¿Por qué no emplear el tiempo que Dios me da en procurarme una eternidad bienaventurada? Medita este lema de un gran prelado: La eternidad depende de un momento.

III. La eternidad es una corona de gloria para los bienaventurados, y una corona de sufrimientos para los condenados. Siempre comenzará y nunca terminará. Los condenados sabrán y creerán que sus suplicios durarán por toda la eternidad, sin descanso, sin interrupción, sin esperanza de consuelo. ¡Eternidad, eternidad! ¡cuán tremendo es tu recuerdo, pero cuán saludable! Pensemos en ella. Nunca adoptaríamos bastantes precauciones cuando es la eternidad la que está en peligro. (San Bernardo).

El pensamiento de la eternidad
-Orad por la conversión de los pecadores.



ORACIÓN
Señor, que vuestro mártir Gorgonio nos favorezca con su intercesión, y nos haga celebrar con gozo su piadosa solemnidad. Por J. C. N. S. Amén.

En Nicomedia, el suplicio de los santos Mártires Doroteo y Gorgonio, los cuales, habiendo obtenido de Diocleciano Augusto grandísimos honores, pero detestando la persecución que movía contra los Cristianos, delante de él y por su orden, fueron colgados y despedazados a azotes por todo el cuerpo; después, arrancada la piel de las entrañas, fueron rociados con vinagre y sal y de este modo asados en parrillas, y por fin ahorcados con un dogal. El cuerpo de san Gorgonio, al cabo del tiempo, fue llevado a Roma y colocado en la vía Latina, y de allí trasladado a la Basílica de san Pedro.
En el territorio de los Sabinos, a treinta millas de Roma, los santos Mártires Jacinto, Alejandro y Tiburcio.
En Sebaste de Armenia, san Severiano, que siendo soldado del Emperador Licinio, y visitando a menudo a los Cuarenta Mártires presos en la cárcel, fue por orden del Presidente Lisias colgado en el aire con una gran piedra atada a los pies; y bárbaramente golpeado y despedazado a azotes, entregó su espíritu en el tormento.
El mismo día, el triunfo de san Estratón, el cual por la fe de Cristo, atado a dos árboles y despedazado, consumó el martirio.
Igualmente los santos Mártires Rufino y Rufiniano, hermanos.
En el territorio de Therouanne, en Francia, san Audomaro, Obispo.
En el monasterio de Clogner en Irlanda, san Querano, Presbítero y Abad.
San Pedro Claver, Sacerdote de la Compañía de Jesús y Confesor, Patrono de las sagradas Misiones entre los Negros, que descansó en el Señor en el día de ayer.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

San PEDRO CLAVER. (1580-1654).
Martirologio Romano: San Pedro Claver, presbítero de la Compañía de Jesús, que en Nueva Cartagena, ciudad de Colombia, durante más de cuarenta años consumió su vida con admirable abnegación y eximia caridad para con los esclavos negros, bautizando con su propia mano a casi trescientos mil de ellos. Natural de Verdú (Lérida). Sus padres eran unos modestos labradores. 

Como era el segundo hijo, con 15 años recibió la tonsura clerical en su pueblo y, apadrinado por un tío canónigo, se trasladó a Barcelona para estudiar gramática en el Estudio General de la Universidad. La muerte de su madre y hermano decidió su entrada en el noviciado de los jesuitas de Belén de Barcelona (1602). "Buscar a Dios en todo, y en todo procurar hallarle; hacerlo todo a mayor gloria de Dios; ejercitarse en tan perfecta obediencia que, por amor a Jesucristo, someta mi voluntad y mi juicio al superior, como Jesús cuyo lugar ocupa; no buscar en este mundo sino lo que Cristo buscó en él, la salvación de las almas; y, para ello, arrostrar con buen animo y amor los padecimientos y hasta la misma muerte". 

 De su formación en Barcelona, pasó a Montserrat o Gerona donde permaneció tres años. Luego le mandaron a estudiar al colegio de Montesión en Palma de Mallorca. La valoración de sus superiores fue muy negativa: “Discernimiento inferior a la media; escasa circunspección en los negocios; mediocre perfil en las letras. Bueno para predicar a los indios”. Allí san Alonso Rodríguez, le aconsejó que se marchase de misionero "porque allá en las Indias tendría que padecer mucho". Estudió Teología en Barcelona, y de allí marchó a Cartagena de Indias donde hizo la profesión perpetua de su vida y fue ordenado sacerdote en 1615, añadiendo a su firma "esclavo de los negros para siempre".

 Durante 44 años se dedicó a la redención material y espiritual del esclavo negro, bautizando a más de 300.000. Todo le parecía poco para socorrer a los negros, a los presos de la Inquisición, a los extranjeros que capturaban las naves españolas, y cuando no se desvivía por los demás, rezaba y adoraba por la noche al Santísimo Sacramento. Toda su vida era visitar, catequizar, consolar, y cuidar a sus queridos negros, en caminatas incansables, sobre todo a los más abandonados y a los enfermos más repugnantes. Toda su vida fue un tejido de heroísmos increíbles. No le importaba la hediondez ni la incomprensión de otros. A un negro abandonado de todos, lo estuvo atendiendo semanalmente durante catorce años. A un negro llagado a quien nadie socorría por lo repugnante de su aspecto y olor, lo visitó cuatro veces al día durante muchos meses. 

A otro hermano negro lo acogió en su propio aposento, con escándalo de los de casa, y le cedió su propia cama hasta que le encontró otro acomodo más confortable. Teóricamente es fácil negar la segregación racial. Pedro Claver la vivió. En su iglesia no había bancos para blancos y bancos para negros. Unas señoras muy "devotas" protestaron: los negros daban mal olor y se perdía la devoción. Sería mejor una capilla aparte para ellos. Pedro les contestó: “mis negros están lavados con la sangre de Jesucristo, y son hijos de Dios con los mismos títulos que lo sois vosotras”. 

Y si las señoras querían confesarse con él, tenían que hacer cola detrás de las esclavas. En 1650, la peste se abatió sobre Cartagena. Pedro se multiplicó atendiendo a todos, hasta que cayó él mismo. Quedó paralítico y se hizo atar sobre un caballo para visitarles, hasta que ya no pudo moverse más. Sus últimos años los pasó inmóvil en su rincón; le cuidaba un esclavo que lo maltrataba, porque no entendía qué necesidades podía tener un blanco. Fue canonizado en 1888, al mismo tiempo que su amigo san Alfonso Rodríguez por SS León XIII. El Papa León XIII lo declaró patrón de todas las misiones entre los negros en todas las partes del mundo. MEMORIA FACULTATIVA. 

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San CIARANO "el Joven"(c. 512 - c. 556).

Martirologio Romano
: En el monasterio de Clonmacnoise, a orillas del río Shannon, en Hibernia, san Ciarano, presbítero y abad, fundador de dicho cenobio. Nació en Connacht, Irlanda, un pueblo situado en el norte del condado de Roscommon. Era hijo de Beoit, carpintero y constructor de carros, de él y de su madre heredó el amor por el aprendizaje, como de su abuelo materno que fue bardo, poeta e historiador. Fue bautizado por el diácono Justo, que fue su primer tutor; en su niñez trabajó como pastor del ganado. Fue preparado a la vida monástica por san Finiano de Clonard y fue unos de los "12 Apóstoles de Irlanda". 

Pronto fue uno de los monjes más ilustrados de la abadía y fue nombrado tutor de la hija del rey de Cuala. Su amigo y compañero de estudios, san Columba de Iona, dijo de él: “Era una luz, brillando con la luz de la sabiduría”. Además de ser conocido por su erudición tuvo amistad con otros grandes santos de la temprana iglesia irlandesa: además de Justo, san Columba y san Finiano, están san Endeo de las islas Aran que fue su mentor, san Senán de la isla de Scattery y san Coemgen de Glendalough, que fueron compañeros de estudios. Los años en los que estuvo en el monasterio de Clonard estuvieron marcados de acontecimientos milagrosos que se beneficiaron todos.

 Después de completar sus estudios se trasladó al monasterio de Inishmore en las islas Aran, dirigido por san Endeo. Mientras fue miembro de esta comunidad tuvo la visión de un gran árbol que era la profecía de que sería fundador de un monasterio famoso. De Inishmore, Ciarano fue a visitar a otros monjes a Isel, en el centro de Irlanda. Su estancia aquí fue breve porque a los monjes envidiaban su sabiduría y les molestaba su caridad hacia los pobres que consideraban excesiva. Se marchó a la isla de Inis Aingin donde estuvo unos tres años, y monjes de toda Irlanda fueron a estudiar con él. Muchos milagros se obraron en aquel tiempo. 

 Ciarano partió con ocho monjes y se estableció en Clonmacnois sobre el río Shannon, en Meath occidental donde fundó un monasterio en el 544 y que fue faro de cultura y civilización durante varios siglos. Los estudiantes acudieron por miles, no sólo de Irlanda, sino también de Inglaterra y Francia. Dio a sus monjes una regla extremadamente severa, conocida como "La ley de Kieran". Siete meses después de la fundación del monasterio, Ciarano murió, tal vez de peste.
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Beato PEDRO BONHOMME. (1803-1861). 

Martirologio Romano: En la ciudad de Gramat, en la región de Cahors, en Francia, beato Pedro Bonhomme, presbítero, que se distinguió por las misiones populares y la evangelización de los campesinos, fundando la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora del Monte Calvario, para cuidar a jóvenes, enfermos y necesitados. Nació en Gramat (Francia), en el seno de una familia de artesanos. Fue ordenado sacerdote en 1827. Sacerdote que ejerció el ministerio parroquial en su ciudad natal, cuidando de forma singular la formación religiosa de la juventud masculina y femenina: erigió un colegio para varones y al año siguiente otro en Praysacc, creó el grupo de las “Hijas de María”.

Descubrió la misería de los pobres, ancianos y enfermos y la precariedad de los medios para ayudarlos. Invitó a los jóvenes a ponerse a su servicio para las visitas, cuidados, los socorros materiales y espirituales... y muy pronto con la Sociedad de Beneficiencia del pueblo decidió fundar un Hogar.

 De este proyecto nació la Congregación de las Religiosas de Nuestra Señora del Calvario en 1833, de la que es fundador. Contribuyó decisivamente a restaurar las peregrinaciones al tradicional santuario de la Virgen del Rocamador. Fue un gran predicador de misiones populares por los pueblos: en el Lot, el Tarn y Garone. Siempre predicó en “patois”. Se reveló un gran confesor. Quiso ingresar en la Trapa o en los carmelitas descalzos, pero el obispo de Cahors se opuso y Pedro, obedeció. En 1848, durante una de las misiones populares, perdió definitivamente la voz y tuvo que renunciar a la predicación. Su enfermedad le hizo descubrir el mundo de los sordomudos. 

En 1854 abrió la primera escuela para sordos en Marynhac-Lentour (Lot) y en 1856 envía a las hermanas para fundar en París un asilo para sordomudos. Los ultimos años de su vida los dedicó a redactar la “Regla” del Instituto que había puesto bajo la advocación de la Virgen del Calvario. Este hombre apasionado por la pasión de Cristo sufrió persecuciones en su ciudad natal donde fue criticado, calumniado y mofado durante los primeros años de su ministerio. Este sufrimiento lo marcó profundamente. Murió en Gramat. Fue beatificado por SS. Juan Pablo II el 27 de abril de 2003.
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Beato JACOBO DESIDERIO LAVAL. (1803-1864).

Martirologio Romano
: En Port Louis, de la isla Mauricio, en el Océano Indico, beato Jacobo Desiderio Laval, presbítero, que después de ejercer algunos años de médico, ingresó como misionero en la Congregación del Espíritu Santo, llevando a negros esclavos a la libertad de hijos de Dios. Nació en Croth, diócesis de Evreux, Normandía, Francia, donde su padre era el alcalde. A los 27 años se licenció en Medicina en París y ejerció su profesión en Saint-André-de l'Eure, donde estuvo tres años y medio y después en Ivry-la-Bataille. En este tiempo dejó a un lado sus sentimientos religiosos pero en lo profundo de su ser se sentía insatisfecho. Sucedió que yendo a visitar a una persona anciana enferma, la encontraba siempre leyendo el libro de la "Imitación de Cristo", que insistió en prestárselo; su lectura le animó a la vocación religiosa y se dedicó a las obras de caridad. En 1835 ingresó en el seminario de San Sulpicio de París, acelerando sus estudios para recuperar el tiempo perdido; en 1838 fue ordenado sacerdote y fue destinado a la parroquia de Pinterville, que encontró religiosamente fría y resistente a una mayor religiosidad, pero él con su virtud la transformó en poco tiempo. 

 En 1840, recibió la visita de dos seminaristas, y con ellos discutió el proyecto de evangelización de los africanos, en particular de los esclavos negros liberados con la abolición de la esclavitud, proclamada en 1835; se conocía que las necesidades espirituales de toda esta gente eran inmensas y urgentes. De esta manera supo que Francisco Libermann, se había acercado a Roma para pedir la aprobación pontificia para fundar una sociedad formada por sacerdotes consagrados al apostolado entre estos esclavos liberados. Estos jóvenes que querían abrir misiones en Santo Domingo y en la isla de Reunión, para evangelizar a los negros, la Santa Sede aprobó la nueva Congregación del Espíritu Santo y del Inmaculado Corazón de María. Jaime, dejó su parroquia, e ingresó en la nueva congregación, y fue destinado a la isla Mauricio en 1841. Estuvo solo hasta que en 1847, la isla pasó de dominio francés a dominio inglés, y le enviaron misioneros. Hizo un gran apostolado entre los negros, salidos recientemente de la esclavitud.

 La situación religiosa en la isla era dramática: había 140.000 habitantes, de los cuales el 75% eran esclavos liberados y de estos 90.000 eran católicos; en la colonia había sólo 9 sacerdotes, dedicados para cerca de 15.000 descendientes de colonos blancos. El Padre Laval se dedicó en seguida al apostolado de los negros, los cuales a pesar de estar bautizados no habían sido guiados pastoralmente; después de 15 meses de permanencia describió una situación moralmente trágica: en la isla estaba sólo para ocuparse de cerca de 80.000 negros, la corrupción era increíble, la mitad no estaba bautizada y los que lo estaban, vivían como paganos; pocos se habían casado por la Iglesia; afloraba la embriaguez; las jóvenes eran violadas por los patronos y jóvenes blancos. 

Los negros nacidos en la colonia se les llamaba "creoli" y eran corruptos; el pobre sacerdote se dirigía prácticamente a los prófugos provenientes de Madagascar y Mozambique. En 1848 fue nombrado superior de la misión, y en 1859 pronunció sus votos perpetuos. Tuvo que combatir con los hacendados, que veían en su actividad apostólica, una pérdida de tiempo para el trabajo doméstico. Promovió la preparación de muchos catequistas; no faltó la incomprensión de parte de sus superiores. En París la Congregación del Inmaculado Corazón de María se había fusionado con la Congregación del Espíritu Santo y el nuevo Superior General pensaba que el Padre Laval y sus colaboradores eran "demasiado misioneros y poco religiosos". 

A esto se añadía las dificultades continua provenientes del anglicano gobierno británico de la colonia y sobre todo del número insuficiente de misioneros para llevar aquella misión. La línea del apostolado que seguía era aquella de subrayar que los negros son hijos de Dios y de afirmar la dignidad humana de su grey, excluyendo la tentación de fundar una "iglesia paralela" solamente para los negros; quiso que se comprendiera que junto a la prosperidad espiritual había que buscar también la material. Durante la epidemia de cólera de 1854-1857-1862, fundó numerosos hospitales, visitando a los enfermos donde quiera se encontraban. 

Abrió escuelas para enseñar las nociones elementales, construyó varias capillas para la formación espiritual. Sus esfuerzos de integración dieron sus frutos y en pocos años surgió una nueva clase social. En privado practicaba penitencias al uso de la época y vivía en una profunda oración. En 1856 le dio una apoplejía y ya no pudo llevar su misma actividad anterior. Murió en Port Louis, el mismo día de la festividad de san Pedro Claver, su gran inspirador en el apostolado con los negros, a los que sirvió con humildad y dedicación. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 29 de abril de 1979. 
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Beato FRANCISCO GÁRATE ARANGUREN. (1857-1929). Martirologio Romano: En Bilbao, ciudad del País Vasco, en España, beato Francisco Gárate Aranguren, religioso de la Compañía de Jesús, que se santificó practicando la humildad en el ejercicio de portero durante cuarenta y dos años. Nació en Azpeitia (Guipúzcoa) en el seno de una familia devota y campesina pobre, era todavía niño cuando en la revolución de 1868, vio la expulsión de los jesuitas, aunque el alcalde de Orduña, les ofreció su ayuntamiento y trabajo. 

Allí, Francisco empezó a conocer la Compañía a la que servió como “criadito”, así decidió su vocación religiosa; trabajó en la enfermería. Ingresó en los jesuitas a los 19 años (1874) en el noviciado de Poyanne, al sureste de Burdeos como hermano coadjutor, y aquí estuvo dos años antes de pronunciar sus votos. Sólo tuvo dos destinos en toda su vida. 1º. En La Guardia (Pontevedra), como enfermero y sacristán durante 11 años.
 En aquellas agotadoras jornadas de trabajo, conoció la debilidad humana y la fuerza curativa de la ternura y el cariño. 2º. En Deusto, como portero de la universidad durante 41 años y medio. Sólo hizo tres salidas en toda su estancia como portero: tres días a Loyola en 1921; un día a Orduña (Vizcaya) en 1927. Y un día en la enfermería en 1929. Siempre fue hermano coadjutor En la portería de Deusto se pasó la vida recibiendo a los alumnos y familiares, animando a todos, dando testimonio de fe a todas horas, a pesar de que el rector era una persona excesivamente severa, él supo siempre estar a las alturas de las circunstancias. La mejor escuela del hermano Gárate fueron los Ejercicios de San Ignacio. 

Estar siempre dispuesto "para venir en perfección en cualquier estado o vida que Dios Nuestro Señor nos diere a elegir... Piense cada uno que tanto aprovechará en todas cosas espirituales, cuanto saliere de su propio amor, querer e interés". El hermano Gárate fue pura entrega a todos, en todo, día y noche, sin preferencias, como no fueran los pobres. Nunca tuvo tiempo para él, ni "puentes" ni vacaciones. No distinguía entre actividades naturales y sobrenaturales. 

En todo adoraba a Dios, en todo servía a los hermanos. "Voy, Señor", decía, cuando querían algo de él. Los estudiantes los llamaban "hermano finuras" por su alegría y cordialidad. La sonrisa, la afabilidad, la servicialidad de día y de noche. El padre Arrupe dijo que "la mejor lección impartida en la universidad de Deusto ha sido la que ha dado en la portería el hermano Gárate". El "Decreto" de virtudes heroicas le llama "el santo de la vida ordinaria". Murió de una infección renal, trabajando, en silencio, sin que en ningún momento dejase traslucir los fuertes dolores que padecía. El 6 de octubre de 1985 Juan Pablo II procedió a su solemne beatificación. 
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Beata MARÍA EUTIMIA ÜFFING. (1914-1955). 
Martirologio Romano: En Münster en Alemania, beata María Eutimia (Emma) Üffing, virgen de la Congregación de las Hermanas de la Misericordia, que sirvió a Dios entre los enfermos con piedad insigne, bondad y olvido de sí. Emma nació en Halverde, en el distrito de Steinfurt, Alemania. Una forma de raquitismo ralentizó su crecimiento físico que la dejó secuelas toda su vida y que tuvo que soportar durante su infancia las chanzas de sus hermanos y en el escuela. Fue una niña devota y serena. 

A los 14 años, Emma expresó su deseo de hacerse religiosa. En 1911 comenzó su formación como aprendiz de economía doméstica en el cercano hospital de Sant'Anna en Hopsten. Aquí conoció de las Hermanas de la Misericordia de Münster, le Barm-herzige Schwestern donde apreciaron su disponibilidad y humildad. En 1932 murió su padre y ella estuvo presente en su última agonía y en la unción de los enfermos, era la primera vez que asistía a un moribundo y esto le impresionó vivamente. 

Después de terminar su aprendizaje, en 1933, volvió a casa con su madre. En 1934, pidió ingresar en las Hermanas de la Misericordia de Münster, y a pesar de su raquitismo y su delicada salud, fue aceptada en el noviciado. Recibió el nombre de María Eutimia. En 1936 fue trasladada al hospital de San Vicente de Dinslaken, donde se dedicó a los enfermos aislados que estaban en una barraca que se llamaba Santa Bárbara. En 1939 obtuvo el título de enfermera. Durante el período de la guerra la pobreza agravó la asistencia a los enfermos. En 1941, se le confió la asistencia de los prisioneros de guerra heridos y de los trabajadores extranjeros, sobre todo, ingleses, franceses, rusos, polacos y ucranianos. 

Fue para ellos un auténtico ángel, dedicándose por entero a su cuidado corporal y espiritual y fue conocida como "el ángel de Santa Bárbara". Les proporcionó comida y un ambiente limpio a pesar de que la amenazaron con ser sancionada. Después de la guerra, fue destinada a la dirección de la lavandería a Dinslaken, y después a la lavandería de la Casa Madre y de la clínica San Rafael en Münster, a pesar de que su vocación era la asistencia a los enfermos, se adecuó tranquilamente a esta nueva situación, siempre con una sonrisa y dispuesta a servir a todos. Una grave forma de cáncer la llevó a la muerte después de largas semanas de enfermedad. Murió con fama de santidad.
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OTROS SANTOS DEL DÍA
  San Gorgonio. M. c. 303.
Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio «ad Duas Lauros», de la vía Labicana, san Gorgonio, mártir (post 203). Torturado y estrangulado durante las persecuciones de Diocleciano. Mártir en el cementerio “ad duas Lauros” en la vía Labicana de Roma. Según cuenta los relatos apócrifos, era un oficial de la corte de Diocleciano que se convirtió al cristianismo y que rechazó, como su compañero de armas, san Doroteo, renegar de su fe. Los dos fueron torturados y luego decapitados.

 Sus cuerpos fueron enterrados en el cementerio “ad Duas Lauros” en la vía Labicana en Roma. El papa san Dámaso le dedicó un epitafio. En la Edad Media se le confundió con otro san Gorgonio, mártir a Nicomedia. El Martirologio Hieronimiano, menciona su culto el 9 de septiembre en las catacumbas de Pedro y Marcelino, en la vía Labicana: “Romae via Lavicana inter duas lauros in cimiterio ejusdem natale sancti Gorgoni”. Es el patrón de Civitella d’Agliano. 

  San Jacinto. s. III - IV.
Martirologio Romano: En Sabina a treinta milla de Roma, san Jacinto, mártir. Junto con Alejandro y Tiburcio. Se dice que murieron en alguna localidad de Sabina, a unas 30 millas de Roma. Parece que los nombre de Alejandro y Tiburcio, son erratas de transcripción. En vez de Alejandro debería leerse Alejandría (la ciudad), mientras que Tiburcio sería un mártir romano de la vía Labicana (11 de Agosto) aquí erróneamente incluído. 

  Santa María de la Cabeza. M. c. 1140/75. Martirologio Romano: En Castilla la Nueva, santa María de la Cabeza, esposa de san Isidro Labrador, con quien llevó vida humilde y hacendosa. Se llamaba María Toribia y había nacido en Torrejón. Madrid, en el seno de una familia mozárabe. Esposa de san Isidro Labrador, con el que compartió la gloria de una vida humilde, siempre bajo la mirada de María, cercana en el recuerdo y a través de la imagen de una humilde ermita. A Ella invocó lo mismo cuando el hijo san Illán, pequeño, se le cayó en un pozo, que cuando la sequía amenazó la meseta. De mutuo acuerdo se pusieron los esposos, para dedicarse a una vida dedicada a Dios.  

San Isidro marchó a Madrid y María se retiró a una ermita situada en un lugar próximo al río Jarama, donde se dedicó a la oración. Unos calumniadores le dijeron a san Isidro, que su mujer llevaba una vida deshonesta con los pastores, Isidro no lo creyó, pero fue a ver a su mujer, sin que ella lo supiera, y la observó en su vida santa, y así se terminaron las calumnias. María regresó a Madrid y volvieron a vivir el matrimonio la misma vida conyugal, santa y piadosa en la oración. Muerto su esposo, la Virgen presidió su hogar, hasta su muerte en Torrelaguna o Caraquiz. Parece que se la llamó María por la ermita en que estuvo enterrada hasta su traslado en 1615 a Torrelaguna, y el apelativo "Cabeza" parece proceder del culto dado por separado a su cabeza como reliquia sagrada. Está enterrada en Madrid en la colegiata de San Isidro. Inocencio XII aprobó su culto en 1697.


Jorge Douglas. Beato. M. 1587.
Martirologio Romano: En York, en Inglaterra, beato Jorge Douglas, presbítero y mártir, oriundo de Escocia, maestro de escuela y ordenado sacerdote en París, que, siendo reina Isabel I, sufrió el patíbulo por persuadir a otros a abrazar la fe católica, emigrando así vencedor al cielo. Natural de Escocia, maestro de escuela y ordenado presbítero en París. Mártir en York, Inglaterra, durante el reinado de Isabel I por persuadir a otros a abrazar la fe católica.