Santoral del 21 de Abril

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Anselmo, Santo Obispo y Doctor de la Iglesia
San ANASTASIO "el Sinaita
San MAELRUBHA
Beato BARTOLOMÉ CERVERI
San CONRADO DE PARZHAM
San ROMÁN ADAME ROSALES
OTROS SANTOS DEL DÍA
Santos: Anastasio, Simeón, Abdécalas, Ananías, Apolo, Alejandra (Sandra), Arador, Fortunato, Félix, Silvio, Vidal, Apolo, Isacio, mártires; Conrado Parzha, confesor



SAN ANSELMO,Obispo, Confesor y Doctor
El humo de sus tormentos estará
subiendo por los siglos de los siglos,
sin que tengan descanso ninguno
de día ni de noche.
(Apocalipsis, 14, 11).

San Anselmo dejó el mundo en la flor de su edad, y entró en el monasterio de Bec. Elegido arzobispo de Cantórbery, con tanta bondad y dulzura dirigió el rebaño confiado a sus desvelos, que ganó el afecto general. Fue su administración, dulce y, sin embargo, de una prudente firmeza, como lo probó defendiendo valientemente los derechos de la Iglesia Romana contra el rey de Inglaterra a quien debía el episcopado. Poco antes de su muerte, impedido por su extrema debilidad de celebrar el Santo Sacrificio, se hizo llevar todos los días a la iglesia para oír Misa. Murió en 1109.

MEDITACIÓN EL PECADO MORTAL MERECE PENA ETERNA
I. Es artículo de fe que todo hombre que muere en pecado mortal es condenado al fuego del infierno. Después de millones y millones de años, esas míseras víctimas de la cólera de Dios estarán apenas comenzando recién su suplicio. Implorarán la muerte, mas ella no acudirá en su auxilio. Eternidad, ¡qué espantoso es tu recuerdo! No nos pide Dios sino muy poco para que evitemos esta muerte eterna, y no queremos obedecerle. (San Agustín).

II. Es justo que los pecadores sufran suplicios eternos, puesto que ofendieron a una Majestad infinita. Es preciso que los condenados sufran tormento mientras perduren en estado de culpa; ahora bien, en él permanecerán durante toda la eternidad, porque han muerto en su crimen y en el infierno no hay perdón que esperar. Los condenados conocieron cuando vivían a qué desgracia se precipitaban pecando, Dios los amenazó con ella para apartarlos del pecado; no obstante, ellos prefirieron ofenderle. ¿No es justo, acaso, que el impío viva siempre para sufrir siempre, puesto que hubiera querido vivir siempre a fin de poder pecar siempre?

III. Los condenados no podrán, mediante ningún sufrimiento, purificarse ni siquiera de un solo pecado mortal. Tanta es la malicia del pecado que si Dios lo castigara según el rigor de su justicia, ni la suma de satisfacciones de todos los hombres, aun cuando sufriesen penas infinitas durante toda la eternidad, podría expiar una sola falta mortal: es un Dios el ofendido, y es un hombre el que satisface. En fin, Dios es justo, y si castiga un solo pecado mortal con una eternidad de penas, es porque el pecado merece este espantoso castigo.

El pensamiento del infierno
Orad por los herejes
y los cismáticos.

ORACIÓN
Oh Dios, que habéis instruido a vuestro pueblo sobre los caminos de salvación por ministerio del bienaventurado Anselmo, haced, os lo suplicamos, que merezcamos tener como intercesor en el cielo a quien en la tierra nos disteis como doctor y guía. Por J. C. N. S.
http://www.aciprensa.com/podcast/santo/abril21anselmo.mp3



Martirologio Romano: San Anselmo, obispo y doctor de la Iglesia, que, nacido en Aosta, fue monje y abad del monasterio de Bec, en Normandía, enseñando a los hermanos a caminar por la vía de la perfección y a buscar a Dios por la comprensión de la fe. Promovido a la insigne sede de Canterbury, en Inglaterra, trabajó denodadamente por la libertad de la Iglesia, sufriendo por ello dificultades y destierros.

Nació en Aosta en el Piamonte. Su padre Gandulfo, gobernaba con autoridad y severidad la noble familia; su madre se llamaba Ermemberga, fue quien le educó en las virtudes cristianas. Educado por los benedictinos, pidió ingresar en la Orden. Pero era el primogénito, y el padre le prohibió entrar en el convento. Anselmo sufrió hasta enfermar, pero no convenció a su progenitor. Repuesto buscó distraciones, pero no la consolación, en la vida mundana. Lleno de vitalidad y curiosidad parecía que nada le importase, pero en cambio escondía un secreto tormento que le llevaron, a los 22 años, después de la muerte de su madre, dejar ocultamente el castillo paterno en Aosta para poder seguir su vocación religiosa.

Huyó a Francia y luego a Normandía, donde entró en la abadía de Le Bec, poniéndose bajo la dirección de su compatriota el abad san Lanfranco de Canterbury (1059). En 1060, se le ordenó sacerdote. Después del nombramiento de san Lanfranco como abad de Caen, Anselmo fue elegido prior y más tarde abad de Le Bec (1078), donde destacó como predicador y reformador de la vida monástica. En este período compuso sus mejores obras: Monológion y Proslógion. Sus escritos filosóficos y teológicos le valieron el título de Doctor de la Iglesia. Intentó demostrar la existencia de Dios, por medio de la prueba ontológica. También defendió la realidad teológica de la Inmaculada Concepción.
Viajó a Inglaterra y tuvo el favor de los reyes Guillermo el Conquistador y Guillermo el Rojo. En el 1093, sucedió por imposición a su amigo san Lanfranco, como arzobispo de Canterbury. Como obispo defendió ante las presiones, la libertad de la Iglesia. En el concilio nacional de Westminster de 1102, consiguió que se aprobara una resolución en la que se prohibía esclavitud. Las paradojas de su personalidad son profundas; así el monje piadosísimo, dulce y humilde, será de hierro en la enconada pugna con los reyes ingleses Guillermo II y Enrique I por la cuestión de las investiduras; fue desterrado en dos ocasiones, una de ellas en 1097, regresó a Inglaterra en el 1100, después de la muerte de Guillermo II el Rojo, y, como alguien ha dicho, retrasó en varios siglos la separación de Roma.

En el 1098, participó en el concilio de Bari y a petición papal resolvió dudas teológicas de los obispos italo-griegos. Su pensamiento espiritual expresa: "Hombre deleznable, olvida las fatigas que te abruman, ocúpate un instante de Dios y busca en El tu reposo. Entra en la morada de tu corazón y arroja de ella todo lo que no sea Dios; todo lo que no te ayude a buscarlo. Cierra primero los ojos; para abrirlos bien después". "Quiero comprender algo de la verdad que mi corazón cree y ama, no quiero comprender para creer, sino que creo para poder comprender". MEMORIA FACULTATIVA.
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Martirologio Romano: En el monte Sinaí, san Anastasio, hegúmeno, que defendió incansablemente la fe ortodoxa ante los monofisitas y escribió obras destinadas a la salvación de las almas.

Se dice nacido en Siria, aunque este dato no es seguro. Durante su juventud vivió una vida de gran piedad. Cuando alcanzó la primera madurez, Anastasio abandonó el mundo y entró en el Monasterio de Santa Catalina sobre el Monte Sinaí, donde san Juan Climaco era entonces el abad. Allí, se enriqueció con el ejemplo de muchos monjes santos y fue ordenado sacerdote. Dotado de una gran humildad, Anastasio escribió las vidas de varios padres santos, así como otros libros considerados espiritualmente instructivos.

Después de san Juan Clímaco y de su hermano Jorge, Anastasio fue elegido abad del Sinaí. Se mostró entusiasta en su oposición a la herejía del monotelismo, la negación de la existencia de una voluntad humana en Jesucristo, así como del monofisismo y de las enseñanzas de los eutiquianos. Para ello, no dudó en abandonar su retiro cenobítico y viajar a Siria, Palestina, Egipto y Arabia para desarraigar la herejía y reforzar la doctrina de la iglesia oficial. En este marco, se le sitúa en Alejandría hacia el año 640 y cuarenta años después, entre los años 678-689, en tiempos del patriarca monofisita Juan III. El III Concilio de Constantinopla, en el año 680-681, pocos años antes de su muerte, pondría fin a esta herejía. Precisamente la mayor parte de su actividad literaria -poco estudiada aún- se concentró en esta polémica. Después de una larga vida de servicio a Dios, Anastasio murió.

Anastasio fue uno de los primeros en defender las enseñanzas del ángel de la guarda. Expuso que Dios otorga a cada cristiano un ángel para que lo cuide y lo proteja en todas las situaciones de su vida. Sin embargo, podemos alejar de nosotros a nuestro ángel de la guarda a causa de nuestros pecados, del mismo modo que las abejas huyen a causa del humo. Mientras los demonios trabajan para privarnos de la gracia de Dios, los ángeles santos nos guían para hacer el bien.
Aparte de su obra dogmática y apologética contra las herejías ("Hodegos" o "Guía del Verdadero Camino"), escribió una pequeña historia de éstas y de los sínodos eclesiásticos, un texto exegético (el "Hexamerón"), un comentario bíblico de la creación, varias homilías y un volumen de preguntas y de respuestas sobre cuestiones predominantemente morales ("Libro de las Ciento Cincuenta y Cuatro Cuestiones"). Entre sus homilías más conocidas se encuentra el "Sermón sobre la Santa Sinaxis" (o, también, "De la Sinaxis Cristiana") donde resume la doctrina sobre la Eucaristía y exhorta a los cristianos a comulgar dignamente. Es, por tanto, uno de los últimos escritores orientales a quienes se reconoce el titulo de Padre de la Iglesia. Es conocido en la Iglesia Ortodoxa, especialmente entre los griegos, como el Nuevo Moisés.
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Martirologio Romano: En el monasterio de Applecroos, en Escocia, san Maelrubha, abad, el cual, oriundo de Irlanda y monje de Bangor, fundó un monasterio de misioneros, desde el que distribuyó, durante cincuenta años, la luz de la fe a la población de aquellas regiones.

Nació en el condado de Derry en Irlanda, y era descendiente de Niall, rey de Irlanda, por el lado de su padre Elganach. Su madre, Subtan, era una sobrina de san Congal, fundador de la abadía de Bangor. Fue educado en Bangor. Con 30 años de edad, navegó de Irlanda hacia Escocia, con varios monjes que lo siguieron. Viajó durante dos años alrededor de Argyll y fundo media docena de iglesias ubicadas en Abercrossan (Applecross), en el oeste de Ross. Allí construyó su principal iglesia y monasterio en medio de los pictos, de la que fue abad. Propagó la fe en toda la región. Posteriormente realizó viajes misioneros hacia el oeste, a las islas Skye y Lewis, hacia el este, Forres y Keith, y hacia el norte al loch a Shinn, a Durness y a Farr.

Fue en este último viaje en el que él fue martirizado por los vikingos daneses, probablemente en Teampull, a nueve millas encima de Strath-Naver de Farr, donde antes había construido una celda. Lo enterraron cerca del río Naver, no lejos de su celda, y su sepulcro todavía está marcado por una cruz de piedra. La tradición, en el "Aberdeen Breviary", señala que Maelrubha fue asesinado en Urquhart y fue enterrado en Abercrossan es probablemente un error que se presenta por la confusión de los nombres gaélicos de los lugares.

Este error había sido copiado por varios historiadores, que confunden a san Maelrubha con Rufus de Capua. Maelrubha, después de Columba, es quizás el santo más popular del noroeste de Escocia. Al menos 21 iglesias están dedican a él, y el decano Reeves enumera cerca de cuarenta formas de su nombre. Su muerte ocurrió el 21 de abril, y su fiesta se ha mantenido siempre en Irlanda en este día; pero en Escocia (probablemente debido a la confusión con san Rufus) fue guardado el 27 de agosto.
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Martirologio Romano: En Cervere, cerca de Fossano, en el Piamonte, beato Bartolomé Cerveri, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que luchó por defender la fe católica y la confirmó al morir atravesado por lanzas de herejes.

Nació en Savigliano (Turín, Piamonte), en el seno de una noble familia; su padre era el Señor de Cuffia, Cervere y Rosano. Ingresó muy joven en los dominicos y desde el principio demostró un gran celo en el aprendizaje de la Teología y en el ejercicio de la virtud. Fue ordenado sacerdote, y enviado a Turín a proseguir sus estudios en la universidad, donde en el 1452 consiguió la licenciatura, el doctorado y el nombramiento de profesor de la universidad torinense.

Por dos veces fue elegido prior del convento de Savigliano, del que hizo ampliar su iglesia. Fue además director de los monasterios femeninos de Savigliano y de Revello. Insigne por su magisterio y por su ministerio apostólico fue encargado del oficio de inquisidor de la fe para Piamonte y Liguria (1451), trabajo peligroso dado el elevado número de herejes, pero de los que obtuvo un gran fruto con su palabra y fama de santidad, más que por los discutibles métodos “fuertes” en uso en aquel tiempo.
Por el celo con el que ejerció su cargo fue asesinado por los herejes cerca de Cervere (Fossano). Bartolomé supo de antemano que iba a morir, por lo que antes de viajar a Cervere se confesó y luego le comentó a su confesor "Me llamarán Bartolomé de Cervere, aunque nunca he puesto un pie allí. Hoy voy como inquisidor, y allí he de morir". Murió perdonando a sus asesinos. Su cuerpo fue trasladado a la iglesia parroquial de Cervere.
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Martirologio Romano: En Altötting, en la región alemana de Baviera, san Conrado de Parzham (Juan) Birndorfer, religioso de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos, que durante más de cuarenta años ejerció el humilde oficio de portero, siempre generoso con los pobres, y que nunca dejaba marchar a un menesteroso sin haberle ofrecido una ayuda cristiana con sus amables palabras.

Nació en Parzham, en la Baviera alemana, se llamaba Johann Birndorfer y debía hacerse cargo del gran caserío de sus padres en Rottal. Fue un niño cándido y angelical, de una inocencia y de una piedad que no perdió con el paso de los años. Tenía 31 años cuando, al quedar huérfano, se hizo capuchino en Laufen, y poco después, como hermano lego, fue enviado al convento de Santa Ana de Alttöttingen. Tomó el nombre de Conrado.

Fue portero durante 41 años y no abandonó sus funciones hasta tres días antes de morir (este era quizás el trabajo más duro y sacrificado de toda la comunidad, porque se calcula que la campanilla de la puerta de entrada sonaba unas doscientas veces al día, tal era la afluencia de fieles). Trabajaba dieciocho horas al día, oraba cuatro y sólo dormía dos. Dicen que la acogida -a cualquier hora- de aquel fraile que respiraba paz y presencia de Dios, producía en todos un efecto imborrable, como si cada vez abriese la puerta el mismo Cristo, con un amor y una solicitud proporcionales al inmenso honor de recibir a un peregrino como El, poniendo en su tarea una alegría espiritual que parecía convertir tan monótona ocupación cotidiana en una felicidad sin límites; tenía el don de profecía y el poder de leer los corazones.

Su piedad eucrística y su devoción a la Virgen eran la fuente de aquella serenidad que contagiaba a quienes se le acercaban. Solía decir: «La Cruz es mi libro, una mirada a ella me enseña cómo debo actuar en cada circunstancia». Animado por el celo apostólico también colaboró en la obra benéfica a favor de la infancia abandonada y en peligro, conocida con el nombre de Liebeswerk (Obra de Amor).
El 18 de abril de 1894, después de haber acolitado la misa fue a la portería, pero allí se sintió mal, pidió a otro hermano que lo reemplazara en el trabajo esperando recuperar las fuerzas, pero las fuerzas no le volvieron. Después de Vísperas se dijo al superior humildemente: «Padre, ya no puedo más»... Él le ordenó guardar cama en la celda llamada de la Sma. Virgen. Fray Conrado, sin dejar notar que sufría, apretando entre las manos el crucifijo y el rosario, se entregó a la oración. La mañana del 21 de abril recibió después de recibir los sacramentos, entró en agonía y expiró santamente con la vista puesta en el cielo, el 21 de abril de 1894. Tenía 76 años de edad. A su muerte se agolparon muchos, sobre todo niños, a venerar sus despojos mortales. Fue beatificado por SS Pío XI en 1930, y canonizado por el mismo papa el 20 de mayo de 1934.
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Martirologio Romano: En Nochistlán, en el territorio de Guadalajara, en México, san Román Adame, presbítero y mártir, que en la persecución contra la Iglesia fue martirizado por confesar a Cristo Rey.

Nació en Teocaltiche (Jalisco). Estudió en el seminario de Guadalajara y fue ordenado en 1890. Fue rector de ordenandos en el seminario y capellán penitenciario de la parroquia del Sagrario de Guadalajara (891). En 1895 fue nombrado párroco de La Yesca y dos años más tarde al Sagrario en la catedral. En 1913 fue nombrado párroco de Nochistlán y en 1922 vicario foráneo.

Sacerdote de profunda humildad. Jamás se le oyó quejarse, ante cualquier dificultad decía con serenidad: "Sea todo por Dios". Se entregó a su ministerio con total dedicación: organizador de semanas sociales y muy volcado a las escuelas parroquiales. Construyó el templo de San José y por las rancherías, varias capillas. Organizó las Hijas de María y la Adoración Nocturna. Fundó las Hijas de María y San José.

En la persecución se ocultó en un rancho, y siguió administrando los sacramentos hasta que fue delatado. Mientras se hallaba en el rancho de Veladores fue detenido en 1927. Fue sacado con en ropa interior y amarrado, a ratos andando y a ratos a caballo fue llevado a Yahualica. Allí estuvo atado a una columna del porche del cuartel, sin darle de comer ni beber, y metiéndolo dentro de noche.
El coronel Quiñones pidió una cantidad de dinero para dejarlo libre y se formó en seguida una comisión que en su parroquia de Nochistlán y en Yahualica consiguió la cantidad. Pero a punto estuvo de costarles ser detenidos a todos los que contribuyeron, y pese a pagarse el rescate no lo soltaron.
Llegado el momento de la ejecución, en el cementerio de Veladores, trató de salvar a un soldado que se negaba a disparar y que también iba a fusilarlo, el párroco le indicó que se pusiera en el pelotón de fusilamiento, pero el soldado, Antonio Carrillo, se negó. Una descarga mató al párroco y otra al soldado. Sus restos fueron llevados a Nochistlán.
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San Aristo. Siglo incierto.
Martirologio Romano: En Alejandría, en Egipto, san Aristo, presbítero y mártir.

Juan Saziari. Beato. (c.1327 - 1371).
Martirologio Romano: En la ciudad de Cagli, del Piceno, en Italia, beato Juan Saziari, religioso de la Tercera Orden de San Francisco.
Nació en Cagli, en Piceno, Italia. Fue Terciario franciscano, y vivió cultivando una parcela. En vida tuvo fama de santidad y dones taumatúrgicos. Llevó una vida simple, dividiendo su tiempo entre el trabajo en el campo y la oración. No se casó, no tuvo a hijos, pero fue querido por todo. Tuvo un carisma ciertamente no ordinario. Murió en Cagli.

El Señor, por intercesión del piadoso campesino de Cagli, contestó a los ruegos de sus devotos, concediendo gracias y milagros. Juan es enterrado en la iglesia de San Francisco, la más antigua de la Orden franciscana en la región de Marcas, provincia de Piceno.
En 1980, SS. Juan Pablo II, considerada la veneración que se le ha tributado ininterrumpidamente a través de los siglos confirmó su culto local. La fiesta del beato, incluso hoy llamado familiarmente «Beato Juancito», ha sido fijada el 21 de abril.

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